Trabajadoras sexuales de Guadalajara
rganizadas, lo saben, es la única forma de defenderse de los abusos de las autoridades de Guadalajara, Jalisco. Pertenecen a la Red Mexicana de Trabajo Sexual. Son mujeres en su mayoría. Todas adultas pues se oponen, ellas sí, a la explotación sexual, económica y sicológica de la niñez, y también a la explotación de la prostitución adulta.
Reunidas en una sesión de trabajo organizativo y de reflexión en torno a los operativos policiacos nombrados Operación Rescate, en los que en agosto pasado se atropellaron todos sus derechos al ser esposadas, insultadas, golpeadas y exhibidas ante los medios de comunicación, con el pretexto del combate a la explotación sexual infantil, las trabajadoras sexuales que ofrecen sus servicios en el área del centro de la ciudad, reiteraron que “en el fondo lo que quieren las autoridades es limpiar la ciudad para meter sus grandes negocios, pues si realmente quisieran atacar este problema ellos saben perfectamente dónde se ejerce, sólo que con una mochada se hacen de la vista gorda”.
La mayor parte de ellas son madres de familia que mantienen a sus hijos con su trabajo. Este trabajo es por necesidad, para darles a nuestros hijos una vida digna. No nos tienen que marginar ni ofender por lo que hacemos
, dice una de ellas en las mesas de trabajo en las que analizaron el contenido del libro Tolerancia Cero, coordinado por María Antonieta Chávez y editado por el DIF Jalisco, en cuyo contenido, señalaron, se sostienen los operativos policiacos.
La citada publicación se refiere a las características de la explotación sexual comercial de niños, niñas y adolescentes en el Centro Histórico de Guadalajara, y sale a la luz, afirman Elvira Madrid y Jaime Montejo, de la Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer Elisa Martínez, en el contexto de “lifting (limpieza) que se prepara para la celebración de los Juegos Centroamericanos en esta ciudad, en 2011”.
La persecución contra las trabajadoras sexuales de Guadalajara no es única. La hay también en el Distrito Federal, Jojutla (Morelos), Orizaba (Veracruz) y Puebla, entre otras ciudades, enmarcada en la cruzada nacional contra el crimen organizado y contra la trata de personas, en cuyos operativos se están violando sus derechos humanos, sin tocar en ningún momento a las verdaderas mafias y los lugares en los que se explota a mujeres y menores.
Las trabajadoras reconocen que la mayoría de ellas fue engañada por explotadores que las pusieron a trabajar desde que eran menores de edad. Pero ahora, aseguran, a partir de la lucha organizada que iniciaron en 2003, ya no somos explotadas por ningún hombre ni pagamos cuotas de extorsión a ninguna persona o institución de gobierno
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