Miércoles 3 de noviembre de 2010, p. 21
Nueva York. El ex presidente estadunidense George W. Bush justifica en un libro autobiográfico a publicarse la semana próxima el recurso de la tortura y admite roces con su controvertido vicepresidente Dick Cheney. Las memorias Momentos decisivos rompen el relativo silencio en que ha permanecido el ex mandatario desde que cedió su lugar en la Casa Blanca a Barack Obama hace dos años. Según el New York Times, que obtuvo una copia del libro, Bush defiende sus decisiones y anticipa que la historia lo juzgará menos severamente que los electores. Defiende además su decisión de autorizar lo que se denominó interrogatorios fuertes
como el submarino y técnicas de tortura afines contra los sospechosos de terrorismo. Afirma que esas técnicas salvaron vidas
y que a una consulta de la CIA de usar el submarino contra uno de los cerebros de los atentados del 11 de septiembre de 2001, contestó: por supuesto
. Al referirse a su controvertido e incisivo adjunto, Bush dice que durante semanas consideró la propuesta de Cheney de salir del tándem electoral para la relección en 2004. Consideré la oferta
, dijo Bush, según el Times. Mientras que Dick nos ayudó con buena parte de nuestra base electoral, también se había vuelto una carga a causa de las críticas de los medios y de la izquierda
. Lo veían como un ser oscuro y sin alma
. Pero finalmente Bush consideró que Cheney me ayuda a hacer mi trabajo
y lo mantuvo otros cuatro años en la Casa Blanca. Bush considera justificada la invasión de Irak, ya que el pueblo de ese país está mejor ahora con un gobierno que le responde y que no lo tortura y asesina
. Admite haberse sentido mal
al enterarse de que no había armas de destrucción masiva en Irak, la justificación de la invasión no autorizada por la ONU.