Los actos extremos suelen generar obras de arte memorables. Justo cuando más parece ganar la desesperanza, tiene que surgir algo que compense, que sublime, que transforme el dolor en algo luminoso.

La muerte del padre suele ser uno de esos hechos que dan un aliento singular a quien la padece. Beber un cáliz, de Ricardo Garibay, es quizá una de las obras literarias en México que mejor podrían ejemplificarlo.

En Descripción de un brillo azul cobalto –ganador del Premio Iberoamericano de Poesía Jaime Sabines–, el poeta Jorge Esquinca hace un ejercicio de luto en el que oscila entre sus recuerdos, los versos de Gérard de Nerval, el color del auto de su padre, y la lenta agonía de verlo morir en la cama de un hospital.

Las líneas de Esquinca no tienen un peso artificial y gris, con todo y que hablan de la muerte de un ser querido, pero al mismo tiempo no dejan de mostrar gravedad, mediante composiciones elegantes y certeras.

En el momento de presenciar cómo la vida de su padre se consume, el autor parece experimentar una sensación de estar por un momento fuera del tiempo, de la vida cotidiana.

Todo es ahora, todo está aquí, dice el poeta. Y es verdad: en ese instante nada de lo que está afuera de ese cuarto de hospital, de esa cama, parece tener valor o existir en la realidad. Por un instante esa cama es todo lo que el autor puede pensar, sentir y lamentar.

En los versos de Jorge Esquinca están escondidas las memorias de esos detalles pequeños e inasibles que duermen en algún sitio de la mente, a la espera de saltar cuando menos lo esperamos, justo cuando más nos desarman, nos dejan callados y nos hacen recordar.

Título: Descripción de un brillo azul cobalto

Autor: Jorge Esquinca

Editorial: Era

Número de páginas: 61

Precio de lista: 99 pesos