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Los enfrentamientos que empezaron el viernes en Matamoros se extendieron a varios municipios

Zozobra en Tamaulipas luego de caída del líder del cártel del Golfo

Aumentará la violencia en el norte ante la disputa de plazas con Los Zetas: Alcántara Soria

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Local comercial del centro histórico de Matamoros donde según información oficial el pasado viernes fue abatido Ezequiel Cárdenas Guillén por elementos de la MarinaFoto La Jornada
 
Periódico La Jornada
Domingo 7 de noviembre de 2010, p. 5

La muerte de Ezequiel Cárdenas Guillén, Tony Tormenta, líder del cártel del Golfo, por elementos de la Marina y soldados, provocó que la ola de violencia ocurrida el pasado viernes en Matamoros, Tamaulipas, se extendiera –hasta ayer sábado– a más de 10 municipios de la entidad.

Asimismo, generó la aparición de narcomantas en entidades como San Luis Potosí, Quintana Roo, Oaxaca, Veracruz y Nuevo León contra miembros de la organización delictiva que encabezaba, firmadas por sus ex socios Los Zetas.

Mientras el pasado viernes en Matamoros se vivieron ocho horas de balaceras entre sicarios, militares y marinos, en los municipios de San Fernando, Reynosa, Río Bravo, Jaumave, Valle Hermoso, Díaz Ordaz, Nuevo Laredo, Ciudad Victoria, Mier, Guerrero y Miguel Alemán hubo momentos de tensión y suspensión de actividades por distintos movimientos de grupos armados, así como la difusión de supuestos hechos violentos a través de las redes sociales.

La ola de ataques se repitió este sábado en Reynosa, donde según reportes del gobierno de Tamaulipas un grupo de hombres armados sostuvieron un enfrentamiento con efectivos del Ejército en la carretera La Ribereña, sin que la administración federal haya dado a conocer el resultado del choque armado.

Asimismo, en Reynosa se registraron narcobloqueos en distintas vialidades que conectan con Matamoros y Monterrey, Nuevo León.

Escena del crimen

Por lo que se refiere a Matamoros, donde el viernes fueron abatidos el hermano de Osiel Cárdenas Guillén –quien fue extraditado a Estados Unidos–, y otras seis personas, cientos de curiosos se dieron cita desde las primeras horas de ayer en el centro histórico de esa ciudad fronteriza para observar los daños que dejaron los enfrentamientos entre sicarios y elementos del Ejército y la Marina.

Calles como la Cuarta, González, Morelos y –especialmente– Abasolo, donde se ubica la plaza comercial en cuyas instalaciones el delincuente cayó muerto por disparos de marinos, se convirtieron en centro de atracción para peatones y automovilistas que brincaron el cinturón de seguridad establecido por cuerpos federales para acordonar la escena del crimen.

Ezequiel Cárdenas Guillén fue ultimado junto con tres de sus escoltas en un local comercial ubicado en la calle Abasolo, entre las calles 4 y 5, a escasos 250 metros de la presidencia municipal y a siete cuadras de la guarnición de la plaza.

En el inmueble de dos plantas donde se registró la balacera que duró más de dos horas, Tony Tormenta y sus allegados se encontraban en una fiesta en la que se habían consumido varias cajas de cerveza y whisky.

Una de las paredes del local donde se realizaba la fiesta fue derrumbada por un artefacto explosivo y en el lugar quedaron sólo dos colchones matrimoniales nuevos manchados de sangre.

“Además de barrer los casquillos de balas –que son cientos–, tengo que aguantar estar sin luz, porque desde los granadazos se cortaron los cables y a nadie le importa; ahí están los marinos tomando video con el teléfono”, dijo uno de los encargados de limpieza del lugar.

Estela Montemayor, comerciante cuya pastelería cerró el año pasado por la crisis económica, indicó que la tarde del viernes el viejo casco de Matamoros se convirtió en campo de guerra. Afirmó que las autoridades se hacen pendejas ellas solas. Lo vinieron a agarrar aquí, a la vuelta, cuando siempre habían sabido dónde estaba.

Tras la muerte del capo, los municipios tamaulipecos antes mencionados amanecieron con diversos bloqueos y narcomatas. El mensaje en todos los ayuntamientos y entidades fue el mismo: una vez mas se demuestra el destino de los traidores aplastando a las traidoras de las Golfas que no caben en ninguna parte ni en el infierno haya van a estar los Zetas que se nos adelantaron para volver a matar para todas las traidoras de las Golfas que traen la escuela del informante de Osiel aver donde se meten, porque no tienen a donde ir andan dando vueltas en la misma cacerola. Atte. la Unidad Zetas (sic).

Narcomantas en Cancún

En las zonas hotelera y metropolitana de Cancún por primera vez amanecieron tres narcomantas desde que los cárteles comenzaron a comunicarse de esa forma, dos de las cuales fueron retiradas por policías locales y la otra por efectivos militares.

En Veracruz, las mantas fueron puestas en edificios, puentes peatonales y carreteras de los municipios de Veracruz, Boca del Río, Medellín de Bravo, Poza Rica, Acayucan, Coatzacoalcos, Martínez de la Torre, Pánuco, Pueblo Viejo, Tampico Alto y Tantoyuca.

En Nuevo León, Monterrey fue la ciudad donde mayor número de mensajes fueron colocados, aunque esa escena se repitió en Cadereyta, Juárez, Ciudad Guadalupe y San Pedro.

En Irapuato, Guanajuato, Juan Miguel Alcántara Soria, secretario ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad, afirmó que tras la muerte del hermano de Osiel Cárdenas Guillén aumentará la violencia en los estados del norte de país porque Los Zetas tratarán de disputar al cártel del Golfo el control de las zonas.

“La muerte de Tony Tormenta deja en posición debilitada al cártel del Golfo, por lo que se puede suponer que Los Zetas se sientan en posibilidad de adueñarse del territorio”, previó el funcionario durante un acto del Partido Acción Nacional.

En la capital de Oaxaca, una manta fue colocada en un puente peatonal del Periférico Eduardo Mata, frente al mercado Margarita Maza. Al cierre de esta edición, la Procuraduría General de la República había iniciado solamente actas circunstanciadas por la colocación de narcomantas en Tamaulipas y Nuevo León.