Integrantes de la caravana de madres de migrantes hondureños desaparecidos en territorio nacional en su trayecto hacia Estados Unidos aseguraron que el gobierno mexicano actúa con negligencia frente la demanda de encontrar a sus familiares. Sostuvieron también que el incremento de las violaciones a los derechos humanos por parte de grupos del crimen organizado y de funcionarios migratorios apuntan a que el asunto se le escapó de las manos a la administración federal.

En una visita a la Basílica de Guadalupe, Ian Quiroz, coordinadora de la caravana, que partió desde Honduras el 29 de octubre, señaló que cuentan con una lista de 800 desaparecidos, con sus fotografías, en la que hay personas de las que no se sabe nada desde hace 20 años y añadió que con el propósito de ser eventualmente localizadas, entregaron a autoridades mexicanas un listado de 275 de las cuales tenemos expedientes completos y se puede realizar una investigación.

Quiroz subrayó que al no tomar medidas para frenar las acciones de los integrantes del crimen organizado, el gobierno mexicano se hace cómplice por omisión y demandó que se realice una limpieza en el Instituto Nacional de Migración (INM), pues algunos de sus trabajadores están coludidos con delincuentes que extorsionan, secuestran y matan a viajeros indocumentados.

Nos han mostrado libros del INM en los que se habla de los derechos de los migrantes y las obligaciones del gobierno mexicano, pero parece que todo eso queda en palabras, porque a la hora de actuar no hay nada.

Cargando las fotografías de algunos de los desaparecidos, las madres pidieron a la Virgen de Guadalupe dar sensibilidad a las autoridades mexicanas. Olga Navarro, madre de Lenis Mejía, quien salió de Honduras en 1996 dijo que si las autoridades no tiene capacidad para localizar a sus hijos, que por lo menos nos brinden el apoyo necesario para que nosotras mismas lo hagamos y llamó a que se pongan la mano en el corazón para pasar de las promesas a las acciones.

Antes, en Tultitlán, estado de México, las integrantes de la caravana recorrieron la Casa del Migrante Juan Diego, ubicada en la colonia Lechería, donde localizaron a una de las personas que buscaban.

Emeteria Martínez, de 72 años de edad, originaria de Progreso, Honduras, encontró a su hija Ada Marlene Ortiz en el estado de México luego de una búsqueda de 20 años. Ada Marlene salió de Honduras en 1990 cuando tenía 19 años, su meta era llegar a Estados Unidos.

La caravana recogió testimonios de varios de los alojados en la Casa del Migrante. Yamilet Juárez narró que intentaba viajar a Estados Unidos y terminó en esta localidad porque al pretender abordar un tren cayó y fue arrastrada por la máquina: su pie derecho le fue cercenado. En el refugio he recibido protección, medicamentos y apoyo.

Quiroz subrayó que de esta situación los principales responsables son los gobiernos de los países expulsores. Repudiamos a todos los gobiernos de origen por no poder solventar las necesidades básicas de su pueblo para evitar que migre.