Miércoles 10 de noviembre de 2010, p. 38
Gorleben, 9 de noviembre. El convoy con 123 toneladas de desechos atómicos provenientes de Francia llegó este martes a su destino final en esta ciudad alemana tras un complicado viaje de casi cinco días en que se vio continuamente obligado a detenerse por las protestas de activistas antinucleares.
Tanto los ecologistas, que llegaron a 50 mil, según organizadores, como los cerca de 20 mil agentes que según el sindicato de policía se encargaron de despejar las masivas protestas y evitar el bloqueo de vías velando por la seguridad, estaban hoy exhaustos.
Esta mañana necesitaron nuevamente mucha fuerza para retirar las barricadas y poner fin a una sentada masiva de más de 12 horas de duración organizada por la organización ecologista Greenpeace para impedir que el convoy completara el último tramo del viaje, de unos 20 kilómetros, desde Dannenberg, hasta Gorleben.
El tren llegó el pasado lunes a Dannenberg, como Gorleben ubicada en el estado federado de Baja Sajonia, donde varios vehículos especiales fueron cargados con los 102 contenedores de basura atómica altamente radiactiva que transportaba el tren. La tarea duró alrededor de 12 horas.
El tren tardó más que ninguno en la historia en alcanzar su meta final: un total de 92 horas, un día entero más de lo previsto. Hasta ahora, ninguno se había demorado tanto como el de 2008, que necesitó 72 horas para llegar al centro de almacenaje en una vieja mina de sal del noreste alemán.
El convoy, el duodécimo desde que se propagó el uso de la energía atómica en Alemania, vivió una verdadera odisea desde que partió la tarde del viernes de la planta francesa de La Hague hasta su destino final.
Mientras, este martes se cumplieron 21 años de la caída del muro de Berlín, que dividió a este país durante la guerra fría.