Gerardo Ortiz Arellano, de 62 años de edad, director operativo de los Centros de Rehabilitación Social de Chihuahua, fue asesinado a las 18:45 horas locales en Ciudad Juárez y su hijo de 21 años, quien resulto lesionado en el ataque murió minutos después, confirmaron fuentes oficiales.

Luego de un tiroteo librado la madrugada del sábado, los cadáveres de dos hombres y una mujer fueron colgados en el puente de la avenida Jacarandas, sobre el libramiento carretero de Tepic, Nayarit. Los tres pendían de sogas atadas a la barra de contención y estaban sujetos de pies y manos, informaron las autoridades ministeriales.

Al parecer los tres fueron torturados porque mostraban escoriaciones en rostros y torsos, pero sólo dos exhibían cartulinas con mensajes manuscritos de los victimarios contra sus rivales; uno de los hombres tenía bajados los pantalones.

La noche del viernes en la propia capital nayarita un sujeto fue ultimado a tiros con un arma calibre 5.7 mata policías, y en el resto del país hubo al menos otras 29 ejecuciones también atribuidas a la delincuencia organizada para el total de 35 reportadas en horas recientes.

A Chihuahua correspondieron 16 de las muertes: nueve en Ciudad Juárez, cuatro en Delicias y las demás en Guadalupe y Calvo, Parral y Jiménez. En el caso de este último municipio la víctima –ultimada por un grupo de sicarios dentro de su casa– fue identificada por la Subprocuraduría de Justicia de la Zona Norte como Roberto Cordero Palma.

Empero, según el Departamento de Justicia de Estados Unidos, tal identidad era un alias de Julián Flores, un prófugo con historial delictivo en Arkansas y cuyo último domicilio conocido era la cabecera municipal de Jiménez, y que era buscado también por la agencia antidrogas (DEA, por sus siglas en inglés).

En Guerrero hubo cinco de las ejecuciones, entre ellas las de dos desconocidos que aparecieron con múltiples heridas de bala sobre la carretera Acapulco-Zihuatanejo a la altura de El Derrumbe, junto a tres cartulinas con leyendas de sus victimarios.

En Acapulco, dos llamadas anónimas hicieron a rescatistas, peritos y policías ministeriales volver al huerto cocotero de Tuncingo en busca de los dos michoacanos que siguen desaparecidos tras la exhumación de sus 18 compañeros hace una semana, pero sólo se localizaron unos 15 casquillos de fusil AK-47.

Entre los restantes asesinatos tres ocurrieron en Sinaloa, dos en Jalisco y uno en Michoacán. Dos más de los ahora occisos aparecieron semidegollados dentro de un auto abandonado junto a las oficinas de la Policía Federal ubicadas en la colonia Lázaro Cárdenas de Cuautla, Morelos, y los acompañaba un mensaje con las siglas FM contra el bando rival y las autoridades.

Ayer también fueron ultimadas dos mujeres y sus cadáveres abandonados en la colonia Pablo A. de la Garza de Monterrey, la capital de Nuevo León, en cuya Explanada de los Héroes de la Gran Plaza unos 300 creyentes evangélicos realizaron un acto por la paz.

El representante oficial en la manifestación fue Claudio Ramírez, quien dijo que este tipo de encuentros son maravillosos, y señaló que por instrucciones del gobernador Rodrigo Medina se fomenta la religiosidad con el propósito de que la espiritualidad invada los hogares y haya paz social.

En la misma capital regiomontana, el alcalde Fernando Larrazábal Bretón dijo que el ayuntamiento apoyó con 120 mil pesos a las personas afectadas por siete balaceras de sicarios o entre éstos y las fuerzas de seguridad, pero falta contabilizar los daños producidos por cinco más ocurridas en días previos a fin de proceder a las indemnizaciones ofrecidas.

Con información de Notimex