Cuando Ignacio Ambriz habló de la repulsión y molestia que le causa escuchar decir que San Luis es el hermano menor del América, serio y con firmeza señaló: Yo no arreglo partidos, tampoco los regalo... Está en juego la comida de mis hijos y para defender a mi mujer y a ellos meto todo. Quiero ver a San Luis como un equipo perro, que salga a morder al América.

Este sábado los Gladiadores visitarán a las Águilas en la disputa por un boleto a las semifinales, y el timonel visitante aceptó que se trata de ganar o morir: Espero que San Luis haga un buen trabajo. Si el rival es superior, pues hay que aplaudirlo, pero en 90 minutos mi escuadra se morirá en la raya.

Aunque en apariencia la nómina del conjunto amarillo es de mayor peso, Nacho destacó la ambición de sus dirigidos: El América ajustará líneas, intentará en su casa ir por más, es un cuadro al que se le respeta, pero no le tenemos miedo. Yo quiero que mi equipo juegue al tú por tú y sea contundente.

Inclusive en el contraste entre su inexperiencia y el largo recorrido de Manuel Lapuente, añadió: Por el hambre que tenemos mis jugadores y yo podemos emparejarlos.

Tras dirigir la práctica en terrenos del equipo de la UNAM Ambriz agradeció la paciencia que tuvo la directiva potosina para mantenerlo en su puesto.

“El año pasado hice un mal torneo, mi equipo fue el peor y yo el entrenador más malo. Rompí moldes en el futbol mexicano porque a otros compañeros no los aguantan tanto y los cesan. Sin embargo, yo aquí estoy y el proyecto sigue.

Tampoco es para decir que ahora soy el más chingón o para que nos pongamos a echar cohetes. Simplemente hubo una continuidad de trabajo, se tuvo confianza en un proyecto y vamos poco a poco, dijo Ambriz, quien recalcó que tiene la ilusión de llegar a la semifinal.

Por otra parte, el mediocampista Jaime Correa se declaró convencido de que los Gladiadores pueden dejar en el camino al América: No tenemos otra más que venir a ganar, no vamos a arreglar nada (del resultado). Hay que hacer un partido inteligente e intenso, esas serán las únicas armas.

Consideró que la presión será para las Águilas por su condición de favoritas, locales y por la exigencia de su público: La gente quiere que ganen, ellos buscarán hacer pesar su casa y eso nos puede favorecer porque para atacar dejarán espacios atrás.