Florencia. El mundo de la cultura en Italia pasa por momentos de gran tensión ante un panorama de gran incertidumbre derivada de la crisis internacional, agravada por la nueva maniobra económica italiana que prevé para el 2011 un recorte de recursos en el Ministerio de Cultura por 288 millones de euros, tocando con ello un mínimo histórico.

Las reacciones se han manifestado de inmediato empezando por huelgas que llevaron al cierre hace unos días de museos y sitios arqueológicos, y el pasado lunes del mundo entero del espectáculo (teatro, cine, música, circos).

Zubin Mehta, uno de los directores de orquesta más notables a escala mundial, al frente de la Orquesta del Maggio Musicale Fiorentino, puso en marcha su propuesta innovadora experimentada la pasada primavera, que evita dejar al público sin espectáculo, pero al mismo tiempo lo sensibiliza y le demuestra que a pesar de la huelga, el trabajo no para en los teatros.

El público retira los boletos gratuitamente el mismo día del concierto y en ellos se lee la frase: Sin música nunca. Es como estar tras bambalinas, una especie de ensayo abierto, donde se respira un ambiente informal pero no se renuncia a gozar de un concierto extraordinario.

Enorme potencial cultural

Pero la crisis no ha llevado sólo a la protesta, sino también a la reflexión y a la urgente necesidad de reconsiderar la manera de aprovechar y gestionar adecuadamente la inmensidad de recursos culturales de Italia para obtener el máximo beneficio en un país con gran potencial cultural: Italia no sólo está a la cabeza de sitios del patrimonio mundial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educació, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) con 45 (México ocupa el sexto lugar, con 31), sino que además conserva 70 por ciento del patrimonio cultural europeo y 50 por ciento a escala mundial.

En Florencia, Giovanni Gentile, presidente de Confindustria Florencia (confederación de industriales a escala nacional) y nieto del filósofo del mismo nombre, ha tenido la visión de buscar soluciones para sacar en lo posible del atolladero a la ciudad.

La urbe que vive del turismo, de cultura, de la actividad de artesanos y de servicios en general, necesita una vía alternativa inmediata para sostenerse.

A Gentile se unen no sólo empresarios, sino el Estado y los intelectuales de todo el país, que sienten la necesidad de modernizar la maquinaria cultural mediante la valorización y reinterpretación del patrimonio nacional, mal aprovechado por anticuado y burocrático.

Es así como nació la primera Semana Internacional de Bienes Culturales (desarrollada del 12 al 20 de noviembre) llamada Florens 2010, que vio la ciudad colmada por 150 actos gratuitos: conferencias, exposiciones, proyección de documentales, performances y visitas guiadas por toda la urbe, incluyendo la periferia.

Pero el corazón del encuentro fue el Fórum de tres días en el Salón de los Quinientos, en el Palazzo Vecchio, al que asistieron 70 relatores representantes de prestigiosas instituciones del mundo.

La iniciativa gira alrededor de un profundo estudio estratégico comparativo del sector cultural y creativo realizado durante un año por The European House-Ambrosetti, demostrando el aporte económico y de empleo que la cultura genera. La conclusión es impresionante: 100 euros de incremento del PIB en ese sector genera un aumento de 249 del PIB en el sistema económico, de los cuales 62 euros sirven para fortalecer la industria manufacturera.

Los organizadores proponen un nuevo modelo económico a escala internacional, el golden economy en línea con la green economy, es decir, con la economía responsable, que prevé una correcta gestión del patrimonio y una mejora en la calidad de vida.

Ministro bajo acusación

En el Fórum, Sandro Bondi interviene revindicando los méritos de su papel al frente del Ministerio de Bienes Culturales y la injusticia por la moción de desaprobación ante la Cámara, prevista para el 29 de noviembre, al ser considerado por la oposición como responsable del derrumbe en Pompeya, por su falta de atención en la salvaguardia del patrimonio.

Bondi dice: El ministro que les habla está bajo acusación, porque en Pompeya se derrumbó, cedió un techo de la Schola Armaturarum, fruto de una restauración de los años 50 (del siglo pasado), hecho en concreto. Han pedido mi renuncia.

Para Bondi, “la cultura sí necesita de recursos pero sobre todo reformas, de cambios organizativos, de un modo nuevo de enfrentar el problema de la tutela y la valorización de los bienes culturales en el país.

“La función del Estado es la tutela del patrimonio histórico nacional, que debe quedar en manos estatales y no locales, donde se mueven mayores intereses económicos y sociales. Este principio lo he defendido con convicción.

Hice una reforma e instituí una nueva dirección que no existía antes para la valorización del patrimonio, suscitando clamor en Italia y en el extranjero, porque llamé a la dirección a un mánager, Mario Resca.

Eso está dando resultados muy impresionantes en este año de crisis económica internacional, pues los ingresos de los museos han crecido 12 por ciento.

El joven síndico de Florencia, Matteo Renzi, el más popular en el país, juzgó con severidad a Bondi. La suya semejaba a una autodefensa. Tengo la impresión de que el ministro y este gobierno tienen fecha de caducidad, como el yogurt.