En la percepción social, la guerra del gobierno mexicano contra el narcotráfico todavía se está perdiendo, afirmó el ex subsecretario de Defensa de Estados Unidos Roger Pardo-Maurer, en un encuentro con integrantes de la Comisión de Defensa de la Cámara de Diputados.

Al evaluar el impacto de la violencia en el país, sostuvo que forma parte de una guerra sicológica en contra del Estado.

Consideró que si bien la política contra los cárteles es la correcta, se requieren ajustes para que, con los recursos militares y policiacos con que cuenta el país, se logren resultados, aunque éstos se verán a largo plazo.

Cuando uno está ganando lo sabe. No hay que explicarlo. Lo siente en los huesos y lo ve en la cara de la gente. Tal vez no es cuantificable, pero la gente lo sabe. Y si uno no sabe que está ganando, está perdiendo, así nada más. Y México todavía está perdiendo, siento yo, agregó.

Aseveró que el gobierno de Felipe Calderón puede afrontar la guerra contra el narco, independientemente del apoyo que reciba del exterior.

Para lograr el éxito, la solución debe ser una, de la cual se valgan por sí solos, con un sentido de lo que es el éxito, lo apropiado. Es desde México, desde sus entrañas, de donde debe venir la idea de lo que es la solución, expuso.

Con los recursos nacionales es posible ganar la lucha contra las drogas, insistió. Con cientos de cambios ligeros y orientaciones, que son evoluciones, y no cambios revolucionarios, México saldrá adelante encima de este tema del narcotráfico, evaluó.

Consideró que en la estrategia hace falta comunicar a la sociedad que se trata de un esfuerzo de largo plazo.

Con la estrategia actual sí se verán los resultados de una política militar, integral, judicial, financiera, de dividir y conquistar. Sí debe funcionar, pero no si se resquebraja la voluntad de México en esto, que es enteramente posible. Y toda esta violencia que ven ustedes es una campaña sicológica contra el Estado, alertó.

Advirtió que los jóvenes mexicanos no pueden perder la esperanza, porque absolutamente el gobierno, el Estado tiene las cartas fuertes en este juego, pero tienen que mantener esa moral.

Igual que Colombia, México no puede desaparecer en un momento el problema de la violencia y el tráfico de drogas, añadió.

De eso no se trata, sino de que el gobierno no pueda ser negado en ninguna parte del territorio, expresó.