Cancún, Q. Roo, 1º de diciembre. Los gobiernos pueden lograr un paquete equilibrado de decisiones si son flexibles y escuchan; nadie puede darse el lujo de estar en posiciones inmóviles ni quedarse en la inacción, advirtió Christiana Figueres, secretaría ejecutiva de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.

Durante los tres días de trabajo que lleva la 16 Conferencia de las Partes (COP-16) se han organizado las plenarias y los grupos sobre distintos temas, como financiamiento, adaptación, transferencia de tecnología, verificación y transparencia. Pero las decisiones se adoptarán la próxima semana, cuando lleguen los ministros y empiecen las negociaciones de alto nivel. En tanto, continúan los análisis acerca de lo que puede dejar Cancún.

Japón confirmó que no se sumará a un segundo periodo de compromisos del protocolo de Kyoto, aunque esto no significa que se retire de ese acuerdo. Consideró que no tiene sentido establecer otro documento si el actual ya cuenta con las disposiciones que deben seguir los países desarrollados, aseveró Akira Yamada, ministro de la embajada japonesa. Apuntó que la posición de su nación no es nueva.

La posición de Japón, que ayer dio a conocer la delegación boliviana, fue rechazada por organizaciones como Amigos de la Tierra Internacional y la WWF. De acuerdo con las reglas de la convención, las decisiones se toman por consenso, por lo que la diferencia de un país puede bloquear un acuerdo.

Figueres argumentó que la posición de los japoneses no es nueva; es la misma que ha estado en la mesa por 11 meses. Queda claro que dada la diversidad de las posiciones de Kyoto no será posible que en Cancún se tome una postura radical en él; las partes tendrán que llegar a un acuerdo y ser flexibles. En el mismo sentido se pronunció el embajador Luis Alfonso de Alba, representante mexicano en la COP.

El negociador en jefe de la delegación China, Su Wei, cuestionó que Japón haya rechazado la segunda fase de Kyoto. Recordó que su país se comprometió a reducir 40 por ciento las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) para el año 2020. De acuerdo con el informe de desarrollo humano de China 2009-2010, este país emite 5.6 toneladas per cápita al año y para reducirlas a 3.7 para el año 2050 se requiere una inversión equivalente a 6 por ciento de su PIB.

Por otro lado, el jefe de la negociación de Estados Unidos, Jonathan Pershing, consideró que no hay razón para no obtener decisiones completas y robustas en la COP. Los países deben ser pragmáticos y no permitir que la ideología se anteponga al progreso. Precisó que no está aquí para tener una negociación bilateral con China, sino como parte de un esfuerzo global, dentro de la convención.

Manifestación frente a la sede donde se realizan los trabajos del encuentro mundial

Foto Carlos Ramos Mamahua

Figueres sostuvo que Cancún puede cumplir y dar resultados en adaptación, transferencia de tecnología y finanzas, así como aclarar lo que pasará con el protocolo de Kyoto. Destacó que países en desarrollo como China e India han presentado disposición, igual que Estados Unidos, por lo que se podría avanzar en otro tema difícil, que es el de vigilancia, reporte y verificación. En general los grandes países, críticos para la negociación, están en un ánimo constructivo.

En cuanto a financiamiento, consideró que debido a que México ha mostrado interés en el tema –con la propuesta del Fondo Verde–, en estas negociaciones se podría tomar la decisión de instaurar el mecanismo a largo plazo, dejar el diseño y la forma de financiamiento para otras reuniones, o bien podría ocurrir que se decida primero hacer el diseño y después aprobarlo.

Sobre el anclaje del acuerdo de Copenhague en el seno de la convención, el cual fija metas voluntarias de reducción de emisiones de Estados Unidos y países en desarrollo, dijo que es uno de los temas de carga política. Apuntó que la presidenta de la COP, Patricia Espinosa, puso a consulta de las delegaciones este tema. Está en el aire decidir la continuación de Kyoto y establecer un segundo periodo.

En conferencia de prensa, Luis Alfonso de Alba dijo que la aspiración es salir de aquí con un paquete de reducción de emisiones de 19 por ciento global. Se trata del Acuerdo de Copenhague más el Protocolo de Kyoto, es decir, países como China, Brasil, India, Sudáfrica y México, que no están en el anexo 1 –el cual incluye a los desarrollados–, más Estados Unidos, que no lo ratificó.

Adrián Fernández, presidente del Instituto Nacional de Ecología, dijo que en la COP se analiza la forma en que se puede reflejar el acuerdo de Copenhague. Nadie está diciendo que terminemos con Kyoto. Japón está condicionando seriamente un segundo periodo de compromisos, pero Estados Unidos no está en el protocolo.

El reto, dijo, es ver a través de qué conjunto de instrumentos se puede sumar los países a los esfuerzos. Kyoto podría ser el mecanismo que muchos países usen para reflejar sus compromisos de reducción de emisiones, y para otros es Copenhague. Lo importante es que en el paquete se haga lo que pide la ciencia.