La Habana, 3 de diciembre. El 32 Festival de Cine de La Habana levantó sus cortinas con una invitación de su presidente, Alfredo Guevara, a realizadores de América Latina a ser testigos del arranque de las reformas que impulsa en Cuba el gobierno de Raúl Castro.

Esta revolución se impone ahora desestatizar la sociedad cubana, liberarla del espíritu burocrático-estatal que todo lo corrompe, dijo Guevara la noche del jueves, en presencia de unas 5 mil personas en un repleto teatro Karl Marx, el mayor de Cuba.

Guevara destacó que el festival se celebra en momentos en que una revolución de vocación y en el camino socialista se rebela desde dentro, revolucionándose contra el riesgo de verse devorada por el espíritu soporífero-conformista-estatal que suele encarnar en burocracia, inmovilista siempre y siempre improductiva.

Largas filas

Presente en casi todos los festivales de La Habana y en los principales acontecimientos del medio siglo de revolución cubana, el premio Nobel de Literatura, el colombiano Gabriel García Márquez, escuchó a Guevara sin inmutarse, como enterado por donde corren los acontecimientos.

La película escogida para la apertura, la mexicana Revolución, una compilación de 10 historias de igual número de directores, resultó lenta para espectadores habituados a filmes inaugurales impactantes, por lo que muchos abandonaron la sala antes del final.

Pero el festival comenzó en las calles de La Habana unas horas antes de la apertura formal, cuando las principales salas de la capital cubana se vieron animadas por filas de espectadores que no sólo buscan el más de centenar de obras en competencia, sino otras 400 que se proyectan en muestras.

Un panorama internacional y muestras de la cinematografía de Alemania, Gran Bretaña, España, Italia, Polonia, Canadá, desatan el interés de los cinéfilos.