Son más de mil 100 millones de papeles diseñados con bandas de seguridad
Miércoles 8 de diciembre de 2010, p. 34
Washington, 7 de diciembre. Más de mil 100 millones de nuevos billetes de 100 dólares –110 mil millones de dólares–, diseñados con bandas de seguridad para evitar que fueran falsificados no entrarán en circulación debido a un problema de impresión que dejó un espacio en blanco a una cantidad desconocida de la emisión.
Ante ello, la Reserva Federal (Fed) determinó retener su circulación, prevista para febrero de 2011, con el fin de inspeccionarlos y destruir los defectuosos. Mientras, para no afectar la cantidad de dinero en circulación, ordenó imprimir más billetes de la misma denominación, pero con el diseño anterior.
El billete en cuestión –conocido como Benjamin– lleva integrada una banda de seguridad en tres dimensiones, la imagen de una campana que cambia de color, así como el rostro del ex presidente Benjamin Franklin un poco más grande que en los anteriores. Asimismo, ya llevaba la rúbrica del actual secretario del Tesoro, Timothy Geithner. Apenas en abril pasado el Departamento del Tesoro y la Fed presentaron el billete, elaborado con la mayor tecnología en el mundo para impedir su falsificación.
Al parecer, el problema se debió a un pliegue en el papel que impidió una buena impresión; de ahí la mancha blanca. Sin embargo, la solución no reside en la destrucción de todos esos billetes, ya que no todo el papel tuvo ese desperfecto y las autoridades requieren revisar minuciosamente la emisión completa para rescatar los billetes válidos. Realizar manualmente esta labor sería una labor titánica, que tomaría al menos 20 años, por lo que se tendrá que hacer uso de una máquina. Se estima que 30 por ciento de la producción de los nuevos billetes están defectuosos.
El valor total de este papel moneda representa más de 10 por ciento de la circulación de dólares en el planeta. Actualmente se mueven 6 mil 500 millones de billetes de 100 dólares con el diseño anterior. Las autoridades decidieron elaborar uno nuevo porque son los que más se falsifican fuera del territorio estadunidense.
El costo de elaboración se estima en 12 centavos por cada uno, lo que significa que la emisión defectuosa se eleva a 120 millones de dólares. Hasta el momento la Fed mantiene resguardado el papel moneda en bóvedas localizadas en Washington y Fort Worth, Texas.