La Familia Michoacana brincó a la escena delictiva en 2006, al decapitar a presuntos zetas en Uruapan
Erradicar todo mal que atente contra los habitantes de esa entidad es la consigna del grupo criminal
Sábado 11 de diciembre de 2010, p. 6
Morelia, Mich., 10 de diciembre. Nazario Moreno González, uno de los cuatro jefes supremos de La Familia Michoacana, nació el 8 de marzo de 1970 en Apatzingán. Años después se le conoció como El Chayo, El más loco y El Pastor, por usar el adoctrinamiento como método para reclutar miembros para la organización delictiva, por lo que además de ser líder de ese cártel era visto como guía espiritual.
En su adolescencia emigró como indocumentado hacia Estados Unidos, donde años después se convirtió en enlace para el trasiego de drogas por la ruta de McAllen, Texas, lo que le costó ser arrestado en 1994.
Continuó operando en esa región bajo las órdenes de Carlos Alberto Rosales Mendoza, El Tísico, quien era socio de Armando Valencia Cornelio, El Maradona, en el cártel del Milenio, principal grupo del narcotráfico en Michoacán hace una década.
La organización criminal se fracturó por problemas entre El Maradona y El Tísico, quien aprovechó su compadrazgo con Osiel Cárdenas Guillén para pactar la presencia de Los Zetas en Michoacán, con el objetivo de arrebatar la plaza a los Valencia.
El Chayo era uno de los principales operadores de El Tísico para llevar drogas a Estados Unidos (la corte federal del distrito sur de Texas, con sede en McAllen, lo acusó de introducir a Estados Unidos cinco toneladas de droga entre el 15 de junio de 2002 y el 21 de agosto de 2003). Obligado a huir de la frontera, regresó a Michoacán, donde llegó a dominar la plaza de Morelia para el cártel del Golfo.
Los Zetas lograron expulsar a los Valencia de la entidad, pero al ser capturados Cárdenas Guillen, en marzo de 2003, y El Maradona, el 15 de agosto del mismo año, El Tísico se apoderó de las plazas de Michoacán y Guerrero e hizo de El Chayo su segundo al mando.
El 24 de octubre de 2004, El Tísico fue aprehendido en un operativo militar. El Chayo, al asumir el liderazgo del grupo delictivo, desató una lucha cruenta para expulsar del estado a sus antiguos aliados: Los Zetas.
La Familia Michoacana aparece en el mapa criminal el 6 de septiembre de 2006, al reclamar el territorio con un mensaje que definía la cruel impronta del cártel: arrojaron cinco cabezas de presuntos zetas a la pista de baile de un centro nocturno en la ciudad de Uruapan.
Nazario Moreno se distinguió del resto de los líderes del narcotráfico por sustentar sus actividades criminales en la doctrina religiosa que promovía en centros de rehabilitación para drogadictos y mediante libros de aforismos escritos por El Pastor.
Erradicar todo mal que atente contra los michoacanos ha sido la consigna de este grupo criminal, que sustenta gran parte de su mística en las lecturas de John Eldredge, cuyos libros, se presume, son de lectura obligada para los integrantes de La Familia.