El embajador de Estados Unidos en México, Carlos Pascual, aseguró que una democracia saludable tiene como prerrequisito una sociedad civil fortalecida. Por eso, los ataques que sufren los defensores de los derechos humanos representan un ataque a la propia democracia.

Con motivo del Día Internacional de los Derechos Humanos, el diplomático se reunió ayer con organizaciones mexicanas que trabajan en la defensa y promoción de las garantías fundamentales, ante quienes también reconoció que el gobierno mexicano y la sociedad civil trabajan juntos para alcanzar la meta de que cada persona tenga la oportunidad de llevar a plenitud su potencial, como proclamó la Declaración Universal hace 62 años.

Sobre el tema, la Unión Europea (UE) también rindió tributo a las personas que han dedicado sus esfuerzos a hacer valer los derechos fundamentales. Reconocemos y apoyamos el trabajo de estos individuos que con coraje trabajan para poner fin a las violaciones a los derechos humanos dondequiera que ocurran alrededor del mundo, señaló Catherine Ashton, alta representante de la UE.

La diplomática recordó que el apoyo de la UE es político y financiero. En el periodo de 2007 a 2013 distribuyó 40 millones de euros para proyectos de defensa de las garantías fundamentales. Además, a través del Instrumento Europeo para la Democracia y los Derechos Humanos ofreció protección a más de 150 activistas que se encontraban en riesgo a causa de su actividad.

Ashton resaltó que la UE está fuertemente comprometida con mantener la protección y apoyo a los defensores y organizaciones civiles.

Por su parte, la embajada de Estados Unidos en México dio cuenta del señalamiento de Pascual respecto de que el gobierno de Estados Unidos apoya solidariamente a todos los mexicanos como socios que comparten la responsabilidad en la búsqueda de una unión más perfecta entre las dos naciones.

Durante el encuentro con las agrupaciones civiles, Pascual también se refirió a la situación de vulnerabilidad en que también se encuentran los periodistas que trabajan en México. Subrayó la importancia del trabajo que realizan éstos y los activistas, frecuentemente en contra de grandes retos y a costa de riesgo a su propia seguridad. La muerte de al menos 10 periodistas mexicanos y las amenazas reportadas a los defensores de derechos humanos en Chiapas, Guerrero y Baja California son sólo un ejemplo de estos riesgos, apuntó.