Los lineamientos dados a conocer ayer sobre la relación entre los legionarios de Cristo y su fundador, Marcial Maciel, son una farsa y no resarcen en absoluto los daños que ocasionó con sus abusos, señalaron Alejandro Espinosa y Saúl Barrales, dos de los primeros ocho ex legionarios que denunciaron los abusos sexuales quer cometió contra ellos el fundador de la congregación religiosa.

Espinosa, autor del libro El legionario de Cristo, publicado en 2003 con testimonios sobre las agresiones de que fue víctima, afirmó que las disposiciones emitidas son pura simulación para acallar los latigazos que les está dando la prensa internacional. Es una comedia. El Vaticano es tan hipócrita como la secta legionaria; el único mérito de Maciel es haber exhibido la podredumbre vaticana sin proponérselo, señaló.

Por separado, Barrales catalogó las medidas de maquillajes elementales y sencillos y aseguró que los ex legionarios no se van a quedar tranquilos con esas acciones.

Se están lavando las manos; no hemos recibido la atención de la cúpula poderosa de los legionarios, y yo le dije al señor Corcuera que los ocho que dimos testimonios somos más legionarios que ellos, porque purificamos indirectamente a la congregación con esta acción.

Coincidieron en que no hay voluntad de resarcir el daño causado a los cientos de seminaristas abusados por Maciel y acusaron al Vaticano, toda vez que transcurrió mucho tiempo para que tomaran cartas en el asunto y decretaran medidas.

¿Cuánto tiempo lleva este Papa y no ha hecho nada?, preguntó Espinosa.

Calificó de hipocresía que hasta ahora digan que van a suprimir (las referencias públicas a Maciel), cuando por otro lado están diciendo que cada quien puede tener lo que quiera (en referencia a poseer fotografías o escuchar sus conferencias) y se pueden usar sus escritos, cuando son puros plagios.