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Se presenta en el Palacio de Bellas Artes

Ofrece muestra un repaso extenso por la arquitectura de la Revolución
 
Periódico La Jornada
Martes 21 de diciembre de 2010, p. 6

La arquitectura de la gesta de 1910 fue efecto y causa de la Revolución. Nació y declinó con ella, escribe Ramón Vargas Salguero. El proceso revolucionario instituyó con nitidez el carácter que tendría el nuevo país que estaba siendo concebido, quedaron asentadas las necesidades habitacionales, que deberían ser atendidas por la nueva arquitectura y la forma como ese campo profesional lo deberían llevar a cabo, continúa el director de Arquitectura y Conservación del Patrimonio Artístico Inmueble, del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), con motivo de Arquitectura de la Revolución, exposición abierta en el Museo Nacional de Arquitectura del Palacio de Bellas Artes.

La muestra, integrada por más de 430 imágenes y planos, además de 12 maquetas y un video, presenta una visión general de la arquitectura que se comenzó a generar durante el inicio y un poco después de la Revolución armada, no sólo en la ciudad de México, sino en otros estados del país, expresa a su vez Antonio Cruz González, coordinador del Museo Nacional de Arquitectura.

Para este efecto, la línea de trabajo empleado se basa en cuatro momentos históricos: 1920-1931, 1932-1942, 1943-1956 y el denominado Ocaso, además se incluyen las regiones geográficas: Occidente, Bajío, Centro, Noroeste, Sur y Suroeste. Se han utilizado 15 diferentes tipologías arquitectónicas, como edificiospara escuelas, hospitales, vivienda, hoteles, inmuebles para el culto religioso que, según el momento histórico, tuvieron más o menos fuerza.

Cruz González señala que de 1920-1931 corresponde a la primera parte de búsqueda de esta arquitectura nacional, mientras en el siguiente periodo se comienza formalmente a hacer arquitectura funcional, programas arquitectónicos. Los arquitectos ya estaban claros sobre la arquitectura que se iba a realizar y el sector de la sociedad en el que se iba a trabajar.

De 1943-1956 crecen las ciudades y se toman en cuenta los criterios proyectuales y constructivos; se hacen programas muy específicos que describían todos los aspectos del proyecto.

En el llamado Ocaso, especie de conclusión de esa búsqueda arquitectónica, la modernidad ya no era como se había pensado antes. La modernidad de la arquitectura mexicana era la de sus tradiciones, la adecuada a la capacidad de sus fuerzas productivas. La muestra termina con tres proyectos muy relevantes, dice Cruz González: el Centro Médico Nacional, la Secretaría de Obras Públicas y Ciudad Universitaria.

Hay proyectos de Juan O’Gorman, Juan Segura, Enrique Yáñez, Enrique de la Mora, Luis Barragán y Vicente Mendiola.