Los priístas retornaron a los tiempos de candidato de unidad
El partido del sol azteca busca dejar atrás la elección universal y será su Consejo Nacional el encargado de elegir a su nuevo líder
Miércoles 5 de enero de 2011, p. 7
Al principiar 2011, año en el que formalmente inicia el proceso electoral para renovar la Presidencia de la República y el Congreso, la oposición se apresta a cambiar sus dirigencias nacionales teniendo como máxima la de evitar la división interna. En estas circunstancias, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) ha vuelto a los tiempos de la candidatura de unidad, con la figura del gobernador de Coahuila, Humberto Moreira; mientras que el Partido de la Revolución Democrática (PRD) acordó dejar atrás la elección universal que tantos dolores de cabeza le ha causado, para dar paso a que su consejo elija al próximo presidente del instituto político en marzo.
Mediante la candidatura de unidad, el priísmo ha decidido eliminar cualquier disputa, en aras de mantenerse cohesionado rumbo a la carrera presidencial. Su construcción fue producto de amarres, consensos y arreglos cupulares en los que participaron gobernadores, co- mo Enrique Peña Nieto; el líder de los senadores, Manlio Fabio Beltrones, y hasta la actual dirigente, Beatriz Paredes, quien en principio no veía con buenos ojos las aspiraciones del gobernador de Coahuila, debido a su perfil.
Para muchos priístas, Humberto Moreira tiene las características que se requieren para enfrentar con éxito la elección presidencial de 2012. En primer lugar no aspira a contender por la candidatura a la primera magistratura, puede generar una dirigencia contestaría que haga frente a los embates del Ejecutivo federal, y conoce los entresijos del tricolor, además de que se sabe acercar a las bases. Virtudes que no se veían en Emilio Gamboa, líder del sector popular, pues a decir de quienes conocen este instituto político, tiene rasgos de un hombre negociador, cosa que no se requiere en un momento en el que el PRI se prepara para regresar a la residencia oficial de Los Pinos.
Con su segura llegada a la presidencia del tricolor, el coahuilense resuelve el conflicto que le representaba colocar la banda de gobernador a su hermano Rubén, el principal aspirante a la gubernatura del estado, y por otro lado, abre la posibilidad de tender un puente sino para la reincorporación de la lideresa del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Elba Esther Gordillo, al PRI, sí para dejar de satanizarla y que se convierta en una activo adicional
del priísmo de cara a 2012. Con su ejército de mentores, la chiapaneca sigue siendo un plus en cualquier partido al que se alíe.
En este contexto, el lunes Humberto Moreira solicitó licencia al congreso como gobernador, con la finalidad de inscribir su candidatura a la dirigencia. El registro de las fórmulas competidoras se iniciará el 7 del mismo mes y se tiene previsto que la elección se realizará el 20 de febrero. Pero como se sabe que sólo habrá una candidatura, el 8 de enero se entregaría la constancia de mayoría y el 4 de marzo rendiría protesta.
Largas negociaciones para la renovación del PRD
Tras la dolorosa derrota electoral de 2006, la ruta del PRD ha tenido como única certeza su consistente desplome en las preferencias electorales y el enfrentamiento entre corrientes, ya sea por posiciones de poder o de estrategia partidista, particularmente en el tema de las alianzas electorales con el Partido Acción Nacional (PAN).
Precedido de una de las más escandalosas elecciones internas, con acusaciones generalizadas de fraude electoral, en la que surgió Jesús Ortega como dirigente nacional, el perredismo acudió a las urnas en 2009 en las peores condiciones. El saldo: 12 por ciento de votos a escala nacional, en 19 estados no superó el 8.5 por ciento de los sufragios, y en varias entidades se ubicó como cuarta o quinta fuerza electoral.
Tal fue el origen de una larga disputa por renovar la presidencia nacional (con la salida de Ortega) de manera anticipada, hecho que luego de acuerdos no cumplidos y un sinfín de reuniones cupulares, finalmente podría concretarse en marzo, según el acuerdo logrado por las corrientes en el Consejo Nacional de mediados de diciembre pasado, en el que además se decidió fortalecer la unidad del instituto político de cara a 2012.
En aras de recomponer la situación del PRD y detener su caída electoral, se inició un incierto proyecto de restructuración seccional, de reafiliación y modificación de los documentos básicos. Todo ello en medio de las negociaciones para cambiar la dirigencia nacional.
El periodo de transición
se ha prolongado tanto que de no concretarse en marzo como se pactó, el proceso de sucesión se podría empatar con la selección del candidato presidencial que debe ocurrir en el segundo semestre del año. Para evitar este escenario, las corrientes acordaron reunirse en Consejo Nacional a mediados de enero, a fin de concretar la convocatoria que abrirá paso a la renovación de la dirigencia perredista.