El escaso crecimiento de la economía en los recientes tres años obligó a las familias mexicanas a recurrir a los préstamos prendarios para completar el gasto, a las pequeñas y medianas empresas para cubrir la nómina de trabajadores, y a los apoyos económicos para desempleados y subempleados, afirmaron directivos del sector de casas de empeño, actividad lucrativa que estima un crecimiento de 5 por ciento este año.

Prácticamente la mitad de los clientes de la mayor empresa privada en el mercado de casas de empeño, Prendamex, corresponde a madres de familia que acuden por un préstamo con el objetivo de cubrir el gasto familiar, afirmó el director general de esa compañía, Roberto Alor Terán, en una conferencia de prensa.

Los subempleados y desempleados representan también un nicho de clientes atendidos por Prendamex, al igual que dueños de pequeñas y medianas empresas, quienes cubren la nómina de empleados mediante financiamientos en las casas de empeño.

Explicó que la demanda tiende a aumentar cuando la dinámica de la economía mexicana decrece. Al cierre de 2008 existían 5 mil 800 establecimientos de este tipo y para 2011 se prevén unas 6 mil 300 sucursales más, incluidas las de asistencia y las privadas, dijo a su vez el presidente de la Asociación Nacional de Casas de Empeño, Adolfo Vélez.

Altos costos de la seguridad

Además del escaso crecimiento de la economía, las casas de empeño son beneficiadas por el bajo nivel de penetración de la banca comercial, donde cerca de 40 millones de usuarios pueden denominarse como no bancarizados, abundó Alor Terán.

En materia de seguridad, el directivo aseveró que los establecimientos destinan hasta 15 por ciento de la inversión inicial para este renglón, y los costos son más altos para mantener bajo resguardo las prendas. Alor Terán admitió que las casas de empeño trasladan el costo de la seguridad a los pignorantes, mediante las tasas de interés.

Según el directivo, Prendamex es la mayor compañía privada del sector debido a los 800 establecimientos en México, y recientemente abrió una primera sucursal en Los Ángeles, California.