Roma, 20 de enero. El Vaticano rompió hoy el silencio sobre los escándalos en torno a las fiestas privadas del primer ministro, Silvio Berlusconi, después de varios meses de ser un tema recurrente en los medios de información de Italia, donde la Iglesia católica mantiene una notable influencia política en los asuntos públicos.

El cardenal Tarcisio Bertone, interrogado por periodistas que lo interceptaron al final de una ceremonia religiosa para conocer la opinión de la jerarquía católica, dijo a propósito de las versiones públicas sobre la vida privada de Berlusconi, la Iglesia impulsa e invita a todos, sobre todo a aquellos que tienen responsabilidad pública en cualquier área administrativa, política y judicial, a que se comprometan a una moralidad de hierro, con sentido de la justicia y la legalidad.

Bertone habló del tema el mismo día en que la prensa italiana reconstruyó una de las fiestas de Berlusconi en su residencia de Arcore, a las afueras de Milán, así como nuevos testimonios de las mujeres llevadas a las fiestas, incluida Ruby, una inmigrante marroquí a quien se le adjudica una relación personal con el gobernante antes de que cumpliera 18 años, en noviembre pasado.

El cardenal confirmó haber hablado sobre estos asuntos con el papa Benedicto XVI y dijo que la Santa Sede sigue con atención y particular preocupación este caso.

Hasta ahora, ni el diario del Vaticano L’Osservatore Romano ni Radio Vaticana se han pronunciado editorialmente sobre el tema, pese a que ambos medios han reportado sobre los hechos y el citado periódico reprodujo ampliamente expresiones de preocupación del presidente Giorgio Napolitano sobre el caso.

En declaraciones a Canal 5, propiedad de Berlusconi, Ruby desmintió nuevamente la versión de que Berlusconi tuvo relaciones sexuales con ella.

Soy la primera en decir que nunca me tocó, ni siquiera con un dedo. Nunca he hecho de prostituta, porque, como dice mi madre, puta se nace, no se hace.

El contador de Berlusconi desde hace 30 años, Giusseppe Spinelli, también defendió al primer ministro en una entrevista con el diario milanés Corriere della Sera, al que dijo que las mujeres que frecuentaban las residencias del gobernante eran estudiantes o madres solteras que recibían caridad.

La investigación de la fiscalía podría acabar con una acusación formal de Berlusconi ante tribunales por los delitos de prostitución infantil agravada y concusión. Esta segunda imputación se derivaría de los testimonios que indican que el primer ministro llamó por teléfono al comisario central de la policía de Milán para convencerlo de que ocultara sus nexos con Ruby, cuyo verdadero nombre es Karima Mahroug y quien se fugó de un centro de atención de inmigrantes para trabajar en un centro nocturno.

Los medios de información italianos comenzaron a difundir a principios de 2010 versiones sobre las celebraciones privadas de Berlusconi en sus residencias de Arcore y Villa Certosa, en Cerdeña.

Los fiscales encontraron que una consejera regional del Partido de las Libertades, Nicole Minetti, entró en complicidad con Berlusconi al alojar a Ruby, después de su fuga del centro de inmigrantes. Otros involucrados en el caso –de acuerdo con las pesquisas de la fiscalía– tienen vínculos con el magnate a través de Mediaset, incluido el periodista de Canal 4, Emilio Fede, presentador de un telenoticiero.