Tras gobernar dos sexenios, el perredismo sería la tercera fuerza; el PRI recupera terreno
El blanquiazul, adelante en Comondú y en 7 distritos; el tricolor, en La Paz y Loreto, así como en 6 circunscripciones
PRD-PT se quedarían con Los Cabos, Mulegé y 3 diputaciones
Lunes 7 de febrero de 2011, p. 28
La Paz BCS, 7 de febrero. El candidato de los partidos Acción Nacional (PAN) y Renovación Sudcaliforniana (PRS), Marcos Covarrubias, se perfilaba anoche como el triunfador en la elección de gobernador. Así, un ex perredista afiliado a última hora al blanquiazul pondrá fin a 12 años de gobierno del Partido de la Revolución Democrática (PRD), caracterizado en esta entidad por las fracturas internas.
Al cierre de esta edición, el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) del Instituto Estatal Electoral confirmaba el fin de la hegemonía perredista. El sol azteca se desplomó al tercer lugar en las preferencias, en tanto Covarrubias Villaseñor llevaba una ventaja de 44.37 por ciento, con 18.5 por ciento de las casillas computadas; en segundo lugar se encontraba el abanderado de los partidos Revolucionario Institucional y Verde Ecologista de México, Ricardo Barroso Agramont.
En cuanto a los municipios, el blanquiazul aventajaba en Comundú, la tierra del neopanista, con 51.76 por ciento; en Mulegé y Los Cabos, el PRD y el Partido del Trabajo (PT), con 39.23 y 31.87 por ciento, respectivamente, y en La Paz y Loreto, el PRI, aliado con el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), con 39.39 y 35.21 por ciento, en forma respectiva.
En el Congreso local, actualmente controlado por el sol azteca con 15 de 16 diputaciones de mayoría, las tendencias indicaban que la coalición PRD-PT retendría tres: una en Los Cabos y dos en Mulegé. PAN-PRS aventajaban en siete; en seis, PRI-PVEM, y Nueva Alianza en una, en Loreto.
Recién concluida la jornada electoral, a las 18 horas, Covarrubias Villaseñor y Luis Armando Díaz se declararon ganadores sin dar cifras –por respeto al acuerdo de no usar encuestas de salida–, aunque dijeron tener estadísticas.
El estado de ánimo de los panistas contrastaba con el de los perredistas.
Los primeros, encabezados por su presidente nacional, Gustavo Madero, festejaron con gritos y aplausos la llegada de Covarrubias a la sede estatal para una conferencia de prensa. Mientras, en la casa de campaña de Díaz había caras largas y sonrisas fingidas.
El abanderado del sol azteca, acompañado por los dirigentes nacionales del PRD, Jesús Ortega, y del PT, Alberto Anaya, adelantó, a pregunta expresa, que respetará la voluntad de los ciudadanos.
Desde temprano, Marcos Covarrubias dejó entrever que el voto de los sudcalifornianos inclinaba la balanza en su favor, a diferencia de quien se consideraba su principal oponente en la contienda, cuyo equipo de campaña canceló en dos ocasiones dos conferencias de prensa y evitó confirmar su supuesto triunfo.
Después de anunciar que ganó, Covarrubias Villaseñor aseguró que cumplirá todos sus compromisos de campaña e invitó a los sudcalifornianos a sumarse a su proyecto. Llamó a dejar atrás el proceso electoral para que Baja California Sur viva una reconciliación política
, manifestó en referencia al rompimiento que generó en el PRD cuando negoció con el PAN su postulación.
Gustavo Madero advirtió que cuando se confirme el resultado en favor del PAN quedará atrás la etapa de cacicazgos, de gobiernos constituidos en feudos, y se iniciará un capítulo de reconstrucción de esta entidad, donde la justicia y la legalidad se impongan sobre los intereses personales o de grupo
.
Desde la tarde, perredistas y petistas comenzaron a buscar culpables de la derrota. En primer lugar se mencionó al gobernador Narciso Agúndez, quien –afirmaron– al desdeñar la campaña de Luis Armando Díaz dejó entrever que su verdadero candidato era Covarrubias, apoyado en todo momento por algunos funcionarios del gobierno estatal, particularmente el secretario de Finanzas, José Antonio Ramírez Gómez.
También señalaron al ex secretario de Pesca, Joel Ávila, quien renunció al cargo para convertirse en uno de los principales coordinadores de campaña del neopanista.
Trascendió que antes de la conferencia de prensa que dio el abanderado de PT y PRD, dirigentes estatales y nacionales tuvieron un escarceo porque Jesús Ortega pretendía que el candidato se abstuviera de fijar su postura hasta conocer la tendencia del PREP, que comenzó a fluir a las ocho de la noche, mientras otros perredistas, entre ellos Dolores Padierna y Adrián Chávez, exigían que hablara de su presunto triunfo.
Hubo quejas porque la dirigencia nacional no dio prioridad al estado ni fortaleció la estructura partidista. La conferencia de prensa que anunciaron para la noche se canceló, mientras en la calle sonaban bocinazos por el triunfo del PAN.
La coalición del PRI-PVEM y su candidato, Ricardo Barroso, se abstuvieron de hacer comentarios triunfalistas. Aseguraron que sus datos revelaban triunfos en La Paz y Loreto.
Al final se reconoció que se menospreciaron las fracturas internas que ha sufrido el PRD. El efecto Covarrubias propició la gran derrota del perredismo y, aunque reticentes, también admitieron que la ruptura con el ex presidente nacional del sol azteca, Leonel Cota, afectó porque desvió su capital político al PRI y propició que el triunfo del PRD en Los Cabos se dificultara. Sus mediciones señalaban anoche que su candidato, Antonio Agúndez Montaño, ganaría por poco menos de dos puntos.
Desde que llegó al gobierno, en 1999, el PRD ha sufrido una serie de rupturas que fueron minando la fuerza con que le arrebató al PRI la gubernatura.
Trascendió que en La Paz operó la lideresa magisterial Elba Esther Gordillo, quien habría apoyado al PRI en la capital y al PAN por la gubernatura.
En la casa de campaña de Luis Armando Díaz, a medianoche comenzaron a apagarse las luces.