Naucalpan, Méx., 10 de febrero. El estado de México ocupa desde hace un sexenio el primer lugar nacional en incendios forestales. Cada año las llamas destruyen miles de hectáreas de superficies arboladas y de pastizales, y en 2011 se han documentado 384 conflagraciones, que han afectado mil 733 hectáreas, informó el organismo Protectora de Bosques (Probosque), dependiente de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario estatal.

Probosque señaló que el estado ha diseñado estrategias para acelerar al control de los siniestros, que en 2009 y 2010 afectaron 6 mil y 3 mil hectáreas de zonas forestales, respectivamente.

Señaló que el mayor número de incendios forestales ocurre de marzo a mayo. Detalló que de la superficie afectada este año mil 564 hectáreas eran de arbustos y pastizales, y solamente 18 de árboles adultos.

Probosque se mantiene en alerta en cinco regiones consideradas zonas de alto riesgo, que abarcab 22 municipios.

La zona norte está formada por Villa del Carbón, Nicolás Romero, San José del Rincón, Atlacomulco y Acambay; en la región del Izta-Popo están los municipios de Ixtapaluca, Amecameca, Chalco y Tlalmanalco.

La región del Nevado de Toluca abarca Coatepec Harinas, Ocuilán, Zinacantepec y Toluca. La zona sur incluye los municipios de Temascaltepec, Texcaltitlán, Tejupilco y San Simón de Guerrero, mientras la región reserva de la mariposa monarca está integrada por Valle de Bravo, Villa de Allende, Donato Guerra, Amanalco y Temascalcingo.

Debido a la elevada incidencia de incendios forestales, ayuntamientos y Probosque han aumentado su capacidad de respuesta en los seis años recientes. Hoy el estado de México es la segunda entidad en eficiencia en combate a las conflagraciones.

En los primeros meses del año, cuando las lluvias escasean y la radiación solar es más intensa, aumenta la pobabilidad de incendios en bosques y pastizales.

Antes del inicio de la temporada de estiaje, las brigadas de la Probosque se preparan para combatir conflagraciones causadas por la sequía y por el sistema de roza, tumba y quema que aún aplican los productores agropecuarios.

Esta práctica es una de las principales causas de numerosos incendios forestales, pues quienes queman pastizales no suelen tomar medidas para controlar el fuego, y en algunos casos las llamas se extienden a zonas boscosas.