Ocho presuntos narcotraficantes y un elemento del Ejército murieron luego de varios enfrentamientos. Los sicarios utilizaron armas de grueso calibre y granadas de fragmentación. Los hechos ocurrieron la madrugada del jueves en la cabecera municipal de Tabasco, Zacatecas; siete militares resultaron heridos.

La primera refriega entre los pistoleros y efectivos de las zonas militares 11 y 14, de Zacatecas y Aguascalientes, respectivamente, ocurrió al anochecer del miércoles, después que, según testimonios de vecinos, varios sujetos balearon una tienda en la que se venden drogas al menudeo.

Alarmados, algunos de los habitantes pidieron apoyo a las fuerzas armadas, cuyos integrantes arribaron minutos después a la cabecera municipal de Tabasco, donde se produjo un primer enfrentamiento con los presuntos criminales.

Los pistoleros intentaron huir en dos camionetas de lujo, pero los soldados los persiguieron por diversas calles de esa localidad ubicada a 126 kilómetros al sureste de la capital del estado.

Las balaceras provocaron pánico entre la población de Tabasco, que cuenta con alrededor de 17 mil habitantes; los lugareños cerraron negocios y comercios, y se encerraron en sus casas.

Luego de varios minutos de persecución, los presuntos narcos se refugiaron en una residencia situada en la esquina de las calles Primero de Marzo y Álvaro Obregón, con una decena de fusiles AK-47 y AR-15, centenares de cartuchos y al menos diez granadas.

Desde esa y otras dos casas contiguas, ocho pistoleros enfrentaron a los militares a balazos y com granadas, prácticamente hasta el amanecer del jueves. Los agresores frenaron el avance de los soldados con una granada, lo que causó la muerte de un uniformado y dejó heridos a otros dos. En total, siete militares fueron lesionados, informó Mario Caballero, vocero del gobierno estatal.

La Secretaría de la Defensa Nacional reportó que luego de los tiroteos se decomisaron seis armas largas, 35 cargadores, 548 cartuchos de diversos calibres, tres radios de comunicación, tres fornituras, así como dos chalecos antibalas.

Este jueves, Tabasco –y otras poblaciones del sureste de Zacatecas– amaneció totalmente de-sierto, como pueblo fantasma. Ni la alcaldía, las escuelas ni la única sucursal bancaria tuvieron actividades. Ni siquiera la iglesia principal estaba abierta. En la plaza del lugar no había nadie.

En este contexto, ayer arribaron a territorio zacatecano 200 policías federales a bordo de unos 30 vehículos, entre ellos dos camiones blindados conocidos como Rinos, para reforzar la lucha contra el crimen organizado.

En otras acciones de la milicia, tropas acantonadas en el municipio de Opodepe, Sonora, incautaron 200 kilos de cocaína, 118 kilos de crystal y 400 gramos de derivado de opio.

Según Sedena, con la cocaína decomisada se hubieran producido 608 mil 909 dosis, por un valor de 104 millones 123 mil 454 pesos, mientras que con el crystal serían 3 millones 695 mil dosis por un monto de 461 millones 875 mil pesos.

Por otro lado, en el municipio de Soto la Marina, Tamaulipas, elementos de Infantería de Marina confiscaron un arsenal consistente en 23 armas largas, seis pistolas, tres granadas defensivas, cuatro antipersonales y parque.

Asimismo, los cuerpos de dos policías federales desaparecidos desde el lunes, fueron encontrados calcinados en el interior de un vehículo abandonado en el municipio duranguense de Cuencamé. El hallazgo se realizó a las 22 horas del miércoles y la Fiscalía General de Durango informó que se trata del comandante Israel Olvera Cortés y el subcomandante Dante Orlando Sánchez Martínez, acantonados en la ciudad de Gómez Palacio.

Ayer por la tarde, junto a la carretera que comunica al municipio de Nuevo Ideal con el de Santiago Papasquiaro, en la misma entidad, se encontró dentro de una hielera la cabeza de Luis Enrique López Parra, y en Gómez Palacio fue hallado el cadáver de Jesús Andrade Medina, con impactos de bala.

Mientras tanto, la zona norte de la capital de San Luis Potosí fue escenario de un enfrentamiento entre presuntos criminales y elementos del Ejército, con saldo de tres muertos y un detenido, quien resultó herido.

En otras acciones de la delincuencia organizada, 12 personas fueron ultimadas: cuatro en Guerrero, tres en Colima, dos en el estado de México y una en Nuevo León, Sonora y Baja California, respectivamente; mientras tanto, en el estado de Morelos se hallaron los restos de un individuo en una fosa clandestina descubierta en el municipio de Tlaltizapán.

Con información de Jesús Aranda