Como rockstar. Fueron buscadas, admiradas y seguidas por miles de personas que se dieron cita en más de 40 puntos del país para formar parte de la tercera Noche de las Estrellas. En la ciudad de México las nubes jugaron el papel de guaruras y no permitieron que el público las admirara.

El acto, al que algunos asistentes definieron como el Woodstock estelar, tuvo una vez más (el año pasado cayó una torrencial lluvia) inconvenientes: el cielo cubierto de nubes y la contaminación lumínica impidieron la observación de los cuerpos celestes. No obstante, los asistentes se divirtieron con las actividades recreativas y de divulgación científica.

En ésta, su tercera edición, la Noche de las Estrellas fue organizada por diversas instituciones académicas, como la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Instituto Politécnico Nacional (IPN), grupos de astronomía y la embajada de Francia en México, y se dedicó al Año Internacional de la Química. Haz química con el universo, fue la frase que convocó a miles de personas.

La iniciativa, cuyo objetivo es promover la astronomía, reunió en su primer año a 250 mil personas; un año después alcanzó la cifra de 320 mil, y en esta ocasión los organizadores esperaban recibir a 400 mil asistentes en las 43 sedes donde se realizó.

Además de observar a Júpiter por el lado oeste del cielo y a Saturno por el este, entre las ocho y las 10 de la noche, se esperaba que también fueran visibles las constelaciones de Orión, Géminis y Tauro, así como algunas de las estrellas más brillantes, entre ellas Proción, Capella, Aldebarán y Polux.

Los organizadores del acto en la UNAM estimaron que durante todo el día –las actividades iniciaron al mediodía— asistieron más de 40 mil personas.

La conferencia de los investigadores del Instituto de Astronomía de la UNAM, Manuel Peimbert y Leticia Carigi, fue una de las más concurridas.

En tanto, en el norte de la ciudad, una lluvia ligera que no alcanzó a disipar los nubarrones densos y grises, obstruyó buena parte del cielo y, por tanto, la visión de los astros en el Planetario Luis Enrique Erro, del IPN.

A pesar de ello, cientos de personas –se esperaban 3 mil asistentes en total– hicieron fila para entrar al espectáculo que cada media hora se proyectó en el domo del planetario y en el que se reprodujo el mapa estelar que el mal tiempo no dejó ver a través de los telescopios.

Junto con los módulos de observación astronómica se instalaron talleres infantiles, entre ellos, algunos de papiroflexia, lotería de planetas y matemáticas recreativas, además se llevaron a cabo conciertos y obras de teatro.

La gran mayoría de los asistentes a la sede del IPN fueron niños y jóvenes, quienes a pesar del cielo cubierto igualmente disfrutaron de las observaciones señaladas con rayo láser, en las que participaron cerca de 80 académicos y estudiantes del instituto y de otras instituciones de educación superior.

La Noche de las Estrellas sirve para que la gente se interese en la astronomía y en otras materias científicas, afirmó en entrevista Wilder Chicana Nuncebay, responsable del área de astronomía y ciencias del Planetario.

Lo que hacemos es presentar conocimientos de manera amena. Buscamos que sea una noche divertida e instructiva para quienes vienen. No podemos darles clases de física, pero sí motivarlos para que conozcan un poco más, concluyó el académico.