Culiacán, Sin., 3 de marzo. Montado en bicicleta, un joven se asoma en la bocacalle y se para en mitad de la avenida. Los vehículos se detienen. Frente a ellos cruza un pequeño pelotón, en el que hay varios niños. Le siguen otros, sueltos, en baile zigzagueante y sin orden. Suman unos 400, que toman la calle pedaleando.

Son participantes de la Ciclonoche, que organiza desde noviembre de 2008 Ciclos Urbanos, asociación formada por estudiantes, arquitectos, sociólogos, biólogos y especialistas en informática.

Vía activa y Culiacán quiere son actividades similares que ese grupo y una veintena de organizaciones ciudadanas desarrollan para recobrar la convivencia, adueñarse del asfalto y alentar la vida pública.

En Culiacán se comete la mayoría de los homicidios de Sinaloa, con un promedio de casi cinco diarios y que en 60 días de 2011 suman cerca de 300.

La violencia y el narco tienen muchas expresiones. Una de ellas son las camionetas. Son altas, invaden carriles contrarios para ponerse a la cabeza de la fila frente a los semáforos; se abren camino con sus luces altas. Inspiran terror.

Los otros automovilistas se hacen a un lado, no voltean. Las piernas tiemblan, las manos sudan: cambio de ruta. Mientras más grandes las camionetas y más oscuros los vidrios, mayor el pavor.

El automóvil es símbolo de poder en Culiacán y otras ciudades, y buscamos cambiar el significado que le da la gente. No podemos negar que en Culiacán y otras ciudades el que tiene el vehículo más grande posee más poder, dijo Juan Carlos Rojo Carrascal, dirigente de Ciclos Urbanos.

Sólo en Culiacán, según cifras oficiales, hay un automóvil por cada dos habitantes, mientras en otras ciudades la proporción es de un automotor por cada tres o cuatro personas. La ciudad, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, tiene unos 650 mil habitantes.

El ritual

Son alrededor de ocho minutos de circuito, entre amplios bulevares, angostas avenidas y el asfalto del primer cuadro de la ciudad. Dos o tres ciclistas, con petos anaranjados, van al frente. Otros bloquean bocacalles y unos más cuidan el contingente. No ha habido incidentes, aunque sí uno que otro bocinazo impertinente.

La Ciclonoche se ha realizado 19 veces y ya suma 400 participantes de todos los estratos y edades. La mayoría va en bicicleta, pero no falta quien recorra trotando esos cerca de siete kilómetros. En total, cada paseo dura cerca de una hora.

Este ambiente de violencia y pérdida de espacios y convivencia es un motivo más para ganar espacios, recuperarlos, tomar la calle. La gente se enclaustra, dejó de convivir, sobre todo a raíz de la violencia que empezó en 2008. Y dejó de salir y prefirió la convivencia en el ámbito privado. Por eso nosotros planteamos esta válvula de escape, para que las relaciones entre los ciudadanos no estén determinadas por los automóviles, sino por la convivencia sana, explicó Rojo, catedrático de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Autónoma de Sinaloa.

Para Manolo Montero, quien vive en Culiacán desde hace cinco años y no se pierde la Ciclonoche ni la Vía activa, estas jornadas permiten, aunque sea un momento, disfrutar la ciudad. Estamos rodeados de tantas cosas negativas, como la violencia, y esto nos permite alejarnos.

Resisten violencia

El único incidente ha sido el asesinato de un hombre. Felipe Domínguez Beltrán, de 42 años, fue interceptado por sujetos armados. El domingo 22 de noviembre iba en una camioneta por el malecón viejo luego de haber participado en la Vía activa, que organizan el ayuntamiento de Culiacán y asociaciones ciudadanas, cuando le dispararon.

La Vía activa consiste en recuperar cada domingo el malecón Paseo Niños Héroes, uno de los puntos más emblemáticos de Culiacán. Hombres en bicicleta, niños en triciclo o patines, todos raspan el pavimento a lo largo de cinco kilómetros.

Este asesinato afectó la jornada, pero no ha evitado que la gente siga asistiendo, y qué bueno, manifestó un funcionario del gobierno municipal.

Con la confluencia de la Gran Fraternidad Universal, Suma Sociedad Unida, el cuerpo de bomberos, la Cruz Roja, Banco de Ropa y Ciclos Urbanos se realiza Culiacán quiere.

En la principal avenida de Culiacán, la Obregón, se instalan dos escenarios para espectáculos de música, teatro y pantomima.

Con estas actividades, una marabunta de gente gana plazas, esquinas y aceras; busca y construye su propio oasis para ganarle a la parálisis y a la desolación.