n La crisis de las utopías (Anthropos y UNAM, 2010), Víctor Flores Olea, pensador, escritor y diplomático, acomete con valentía y laboriosidad las decisivas interrogantes planteadas al movimiento revolucionario de entre siglos con la intención de alumbrar el rumbo a otro mundo posible. Entre otras: ¿cómo liberarnos de la cosificación encarnada en la mercancía?
Acerca del título del libro nos explica “tanto el paradigma capitalista y liberal, que en buena medida se formuló en el siglo XVIII en los tiempos de la Ilustración, y el socialismo que apareció en el siglo XIX con los llamados utopistas y de una manera más rigurosa con Karl Marx y Friedrich Engels, por diferentes razones sufrieron… un colapso que ha significado la negación y el rechazo de sus principios originales”. El texto contiene siete capítulos: El marxismo occidental
; El socialismo y sus fracasos; Las transformaciones en China; Las destrucciones del capitalismo; El desplazamiento de la revolución al tercer mundo (las luchas anticoloniales y antimperialistas), Las transformaciones en América Latina, y La necesidad de la utopía (el principio de esperanza).
Llama occidental a una vertiente del marxismo pues aunque éste se inscriba rigurosamente
en el pensamiento social del oeste europeo, como disciplina teórica ha inspirado movimientos políticos en otras partes del mundo donde revolucionó la sociedad y recibió la impronta de sus tradiciones culturales, políticas y de pensamiento
. Discute la obra de Lukács, Gramsci y Mandel, así como de la Escuela de Frankfurt y establece un diálogo virtual entre Gramsci y Lenin. Aunque éstos planteen diferentes estrategias y tácticas para escenarios políticos muy diferentes, su objetivo final es coincidente.
El espacio no permite resumir siquiera sucintamente cada capítulo así que sólo sintetizo algunas contribuciones que me parecen relevantes. Aunque ahonde descarnadamente en errores y fracasos del movimiento revolucionario no es una obra pesimista, sino de combate. Desnuda muy documentadamente el capitalismo neoliberal y los desmanes sociales, culturales y ecológicos que ha ocasionado así como el carácter fascista del nuevo
imperio estadunidense con sus guerras genocidas y su ideología racista y excluyente. Si recibe su incondicional apoyo Estados Unidos tolera a los otros estados, de otra manera los atropella, ofende y hasta destruye
, pero alerta, es un poder en franca decadencia.
Realiza un detenido análisis de los movimientos sociales en el mundo, los cuales contienen al nuevo y diverso sujeto de las transformaciones sociales. El dominio imperialista de Washington ha impedido la segunda independencia de América Latina pero ésta ha logrado uno de los vuelcos más extraordinarios
de la historia al barrer las tiranías impuestas por aquel e instrumentar políticas alejadas de la ortodoxia neoliberal. Ejemplos radicales –aunque no únicos– de esta nueva realidad, la Venezuela de Hugo Chávez, la Bolivia de Evo Morales y el Ecuador de Rafael Correa, pero reconoce un panorama más ancho de países que configuran una situación de soberanía e integración sin precedente, con el surgimiento de la Alba y la Unasur, instituciones de unidad y solidaridad latinoamericana. El papel e influencia desempeñados por Cuba resulta esencial
en estas transformaciones y subraya que la revolución cubana es el mayor éxito revolucionario
de la historia continental, con alcance universal, y Fidel Castro uno de los líderes políticos excepcionales de los siglos XX y XXI.
Su análisis de las causas del derrumbe del socialismo soviético es riguroso aunque tal vez convendría en una futura entrega diversificar sus fuentes teóricas y trazar un cuadro del cambio geopolítico inducido por la aparición de la URSS, sobre todo después de 1945. Flores Olea reafirma al socialismo como única salida a la barbarie capitalista y a la amenaza de extinción de la humanidad entrañada en el cambio climático. Por supuesto, democrático y liberado del horror y el dogma estalinistas.
Destaca su humildad y honestidad intelectual. En el caso de China, pese al profundo estudio realizado sobre sus transformaciones, promete un futuro reexamen pues “la economía de mercado pareciera más una necesidad objetiva en ciertas circunstancias, que una ‘desviación’”.
La crisis de las utopías es una obra lúcida, inscrita por su filo en el pensamiento revolucionario de la actualidad, defensa apasionada de la utopía. Citando a Hölderlin nos dice: cuanto mayor es el peligro, mayor es la esperanza de la salvación.