El país tiene la tasa más elevada entre jóvenes; en 2009 se cometieron 500, 24% más
Mueren de esa forma más habitantes que los que perecen en accidentes de tránsito
Domingo 6 de marzo de 2011, p. 26
Dublín, 5 de marzo. Suicidios revelan tragedia detrás de la crisis irlandesa. Casi seis años después de la muerte de su hijo, John Quinn ha podido volver a trabajar, a socializar y llevar una existencia casi normal en todo sentido. Pero la imagen de su hijo de 17 años colgando sin vida de una cuerda en la casa familiar quedará grabada por siempre en su memoria.
En un esfuerzo por superar la tragedia, este afable taxista de Dublín ha desarrollado una segunda carrera ayudando a otros con inclinaciones suicidas y desesperados. En un momento en el que la crisis de deuda de Irlanda ha hundido a miles en la desesperación, su ayuda es enormemente necesaria.
Me ayuda. Si puedes evitar que una familia o una persona atraviese el infierno por el que pasamos nosotros, vale la pena
, dijo Quinn.
Para dentro de una semana 10 personas habrán cometido suicidio en Irlanda. Y con esta recesión uno sólo puede imaginar que ese número seguirá aumentando
, agregó. Tradicionalmente, Irlanda ha tenido una elevada tasa de suicidios entre jóvenes, aunque este país ampliamente católico no descriminalizó el suicidio hasta 1993.
Pero, mientras la recesión carcome el entramado de la vida, un número cada vez mayor de hombres de mediana edad se están suicidando, con el ahorcamiento como método más común. En 2009 se registraron más de 500 suicidios –aumento de casi 24 por ciento respecto de 2008– y muchos sospechan que el número real es mucho mayor. Hoy en día se suicidan en Irlanda más personas que las que mueren en el país por accidentes de tránsito.
Las entidades de caridad y organizaciones que trabajan para combatir el problema dicen que no hay duda de que el incremento está ligado a la crisis económica que golpeó al país en 2008. Las muertes concuerdan con nuestra suposición de que gran parte del aumento se debe a la recesión económica. Estos son hombres que tenían trabajo pero que ahora se encuentran desocupados o con problemas financieros
, señaló Geoff Day, de la Oficina Nacional de Prevención de Suicidios.
Muchos de los que hoy se suicidan eran una parte próspera de la economía apodada el tigre celta
hace unos años. Hemos pasado muy rápidamente de ser una economía radiante a una recesiva y de forma mucho más brusca que en el resto de Europa
, explicó Day.
A medida que aumenta el número de personas desempleadas y en problemas para cancelar deudas, también sube el número de muertes registradas en la prensa como trágicas
, lo que a menudo se interpreta como suicidios.
John Connolly, sicólogo y fundador de la Asociación Irlandesa de Suicidología, dice que la sensación de vergüenza y tabú que alguna vez rodeó el suicidio ya no prevalece en un país que ahora está menos influido por sus tradiciones católicas.
En lo que a la Iglesia respecta, el suicidio aún es un pecado pero por supuesto la práctica pastoral ha cambiado enormemente. La gente no tiene miedo de asistir a funerales de suicidas. Los sermones ahora reflejan el modo adecuado de lidiar con ellos
, comentó Connolly.
En el pasado, a mucha gente le habría costado acudir a su asesor espiritual en caso que les dijeran que su ser amado se había ido al infierno. Ese ya no es el caso
, agregó.
Joan Freeman, directora ejecutiva y fundadora de Pieta House, que ayuda asesorando a aquellos con tendencias suicidas, dice que los medios han aprendido a lidiar con el tema de forma mucho menos sensacionalista.