En esta sociedad la mayoría se encuentra atada por los privilegios y prebendas que permiten crecer mucho a unos pocos, advierte Josefina Vázquez Mota, presidenta de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados, quien reconoce los esfuerzos de responsabilidad fiscal de la administración de Felipe Calderón Hinojosa, pero hemos dejado de tomar decisiones que permitan a México crecer más.

Con dureza, sostiene que los privilegios y prebendas para una minoría incentivan la impunidad y generan desaliento ciudadano. Y confirma su interés manifiesto en convertirse en la primera candidata del PAN a la Presidencia de la República.

En entrevista con este diario, la coordinadora de los diputados panistas en San Lázaro se dice partidaria de cortar de cuajo la impunidad y la corrupción. Habría que tener leyes que lleven a prisión o hagan asumir las consecuencias a políticos, a legisladores y a quienes están colaborando con el lavado de dinero.

–¿Tiene solución el incremento de la violencia y la desconfianza de la sociedad frente a las autoridades?

–Cuando se llegó al poder en 2006 la disyuntiva era enfrentar al crimen organizado que tenía en riesgo al Estado mexicano, o simple y sencillamente seguir administrando la delincuencia que amenazaba con convertirse en un Estado sobre otro Estado.

Hoy tenemos pruebas de un crimen organizado que no sólo secuestra, extorsiona o trafica, crea redes de trata de prostitución, sino impone jefes de policía o amenaza a los cuerpos de seguridad apoderándose de alcaldías o de posiciones en la política. Cuando pienso en lavado de dinero pienso que para hacerlo se requieren complicidades en los sectores financieros, y ante esto habría que tomar una decisión, y la decisión del presidente Calderón fue no poner en riesgo al Estado mexicano. ¡Yo digo no a la negociación con el crimen organizado en ninguna circunstancia!

–¿Para usted la apuesta es la prevención?

–Sí ha habido avances en los últimos años en las agendas social y educativa. Pero quiero reconocer que hay que tomar decisiones para que la agenda de prevención, junto con la de salud y educación sea la apuesta para que el país vuelva a crecer. No están siendo suficientes los crecimientos del país a tasas de dos o tres puntos porcentuales. Reconozco el esfuerzo que se ha hecho en responsabilidad fiscal y monetaria, pero hemos dejado de tomar decisiones que permitan a México crecer más.

Reformas educativa y laboral

Vázquez Mota insiste en impulsar su propuesta de una agenda de reformas mínimas para el país: Una reforma educativa es la mejor apuesta para salvaguardar y fortalecer las libertades, es la apuesta más grande para frenar la corrupción e impunidad en el país, la reforma laboral, la reforma de competencia, porque somos un país donde a muchos se les pide mucho y a muy pocos se les pide muy poco. Es cierto que en México las mayorías somos clases medias, pero la verdad es que todavía estamos atados a privilegios, es un país atado a muchas prebendas, atados a privilegios donde muy pocos crecen mucho.

–¿Ahora usted abandera la causa de castigar a las autoridades corruptas? –se le pregunta.

–No puede haber espacios de impunidad. Cuando observo el fuero legislativo concluyo que tenemos que hacer una reforma en el ámbito de los legisladores. No puede suceder que el fuero sea sinónimo de impunidad o sombrilla para delinquir.

“Cuando comenzamos a tener regímenes de excepción en lo fiscal, en lo judicial, en cualquier aspecto de la vida, abrimos espacios de privilegios y prebendas, y esto incentiva la impunidad y genera un gran desaliento ciudadano. Es un daño profundo en el ánimo social. Si no hacemos una apuesta de acuerdos fundamentales, vamos a seguir condenando a México a márgenes cada vez más estrechos de gobernabilidad.

–¿Cómo observa el ánimo de los mexicanos?

–Observo un ánimo social de preocupación por los problemas de seguridad, de una necesidad de mayor certeza y de mayor aliento. Observo un ánimo social deseoso de mayor y mejor comunicación de los actores políticos.

La diputada Josefina Vázquez Mota en imagen de archivoFoto Yazmín Ortega Cortés

–¿Aspira a ser candidata presidencial del PAN?

–Aspiro a estar en el Congreso para abonar a esta agenda. Y cuando sean los plazos y los tiempos, yo aspiro a contender en mi partido para la Presidencia de la República, aspiro a presentar una plataforma y una visión de lo que creo y es posible construir para México, donde están los grandes pendientes. Y me gustaría que fuera primero dentro de mi partido y después en una contienda presidencial; que sean debates de ideas, que no se conviertan en campañas que polaricen aún más a este país. No podemos exponer a México a un riesgo de mayor polarización. Nada distancia tanto ni nada lastima tanto como la desconfianza.

7 millones de jefas de familia

–Usted se enfrentará a la misoginia y al machismo en partidos y sociedad en general.

–Sí, estoy dispuesta, porque reconociendo al machismo como la exclusión, la misoginia y desconfianza que tanto nos han dañado, también hay un sector de la ciudadanía que se está transformando. Tenemos el mayor número de jóvenes en el país. Tenemos casi 7 millones de mujeres, jefas de familia, trabajando todos los días. Y gran parte de ellas son la parte valiente de un hogar donde un cobarde no quiso asumir su responsabilidad.

“Estoy dispuesta a enfrentar todos los desafíos; quiero reconocer con humildad que no imagino el tamaño de los mismos, pero es mejor, porque si alguien me los anticipara, estaría muy preocupada. No es la primera vez en mi vida que he padecido exclusión, rudeza dentro de los grupos de trabajo. Creo que estamos preparados para que una mujer sea votada en las urnas por la Presidencia de la República.

–¿Usted sí participó en la reunión que sostuvieron Felipe Calderón, Juan Camilo Mouriño y el embajador de Estados Unidos en México, Tony Garza, en 2006?

–Quisiera responder con absoluta honestidad, como siempre he respondido. Fueron tantos hechos que vivimos en la campaña y en la transición, que cuando leí en La Jornada estos cables, yo me senté para pensar si de verdad había sucedido, si yo había estado ahí, porque fueron días intensos, y en todo caso nos reunimos con una gran cantidad de actores políticos, y no dudo que se haya dado la reunión con el embajador de Estados Unidos.

–Las dudas que manifiesta la embajada de Estados Unidos respecto a Felipe Calderón redundan en la debilidad del Presidente –se le recordó.

–Si estas afirmaciones fuesen ciertas, primero diría que no las comparto en lo absoluto; en todo caso debemos preocuparnos en fortalecer esta relación. Hay agenda de migración, seguridad, el tema de las armas. No veo que haya la corresponsabilidad que necesitamos y que se requiere de un país que es nuestro socio comercial y, en muchos sentidos, estratégico.

–El ex embajador Garza informó que había riesgo para sus intereses con la toma de posesión de Felipe Calderón.

–Con toda sinceridad, no recuerdo que se haya dado esa conversación, o por lo menos haber estado presente. Son hechos que difícilmente en la vida se olvidan. No recuerdo una sola conversación en esos términos, mucho menos un solo compromiso. Yo no participé en nada de lo que dice ese cable, jamás estuve ahí, y mucho menos un compromiso al respecto.

–Carlos Pascual, al hacer una evaluación de los candidatos a la Presidencia de la República de 2012, advierte que son grises.

–De ser ciertas las afirmaciones del embajador Pascual, me parece que son totalmente extemporáneas, porque datan de 2009. Me parecen declaraciones extemporáneas, y diría que un ambiente y una agenda tan compleja, como la que estamos viendo, abonan muy poco esas declaraciones a construir. Los adjetivos o descalificativos per se siempre polarizan, y sólo abonan a la distancia.