Sólo tres mexicanos restan de ser localizados en la zona siniestrada de Japón, confirmó anoche el embajador de México en ese país, Miguel Ruiz Cabañas, y agregó que esa representación diplomática logró ubicar a 54 mexicanos que se encuentran en dicha región para ofrecerles apoyo; asimismo, se tuvo ya noticias de dos de los cuatro turistas que habían sido reportados como desaparecidos en días recientes, los cuales estaban en Tokio, y de los otros dos sólo se sabe que tampoco estaban en la zona de riesgo.

En conferencia de prensa vía telefónica desde Japón, el embajador añadió que hasta el momento no hay reportes de que algún mexicano se encuentre entre las víctimas mortales.

Ruiz Cabañas dijo tener datos de que al menos entre 20 y 22 mexicanos han salido de territorio japonés por sus propios medios, y que aunque hay múltiples solicitudes de información hechas por connacionales que se encuentran en ese país, la mayoría de ellos no van a salir, porque tienen familia, trabajo e hijos ahí.

Planteó, sin embargo, que la representación diplomática está atenta a las solicitudes de mexicanos, y no se descarta que haya peticiones de apoyo para salir de ese territorio, ya que la embajada está ofreciendo diversas alternativas, como ayuda para conseguir vuelos, y en casos extremos de respaldo económico para el viaje.

No obstante, hasta el momento no se está conformando un grupo de mexicanos que esté a la espera de salir, sino únicamente peticiones aisladas. Los que saldrán lo harán en vuelos comerciales de Aeroméxico, los días 16 y 18 de marzo, o quienes tengan visa por Canadá o Estados Unidos.

La embajada ha brindado apoyo económico para que los mexicanos que se encuentren cerca de la zona de desastre y de la planta nuclear de Fukushima puedan reubicarse por unos días en la ciudad de Osaka.

Por su parte, la Comisión Episcopal de Pastoral Social y Cáritas manifestaron que de acuerdo con datos proporcionados por la Casa Superior Regional en Japón de los Misioneros de Guadalupe, la situación en la diócesis de Sendai es muy crítica, particularmente en las prefecturas de Miyagi, Fukushima, Iwate y Aomori, a lo que se suma el temor por lo ocurrido en la planta de energía nuclear.