Tokio, 18 de marzo. El sismo de 9 grados en la escala de Richter y el posterior tsunami que azotaron a Japón hace una semana causó ya 6 mil 991 muertos, más que el registrado en Kobe en 1995, que dejó 6 mil 434 víctimas mortales, informó hoy la policía japonesa.

Al menos 390 mil personas, entre ellas muchos ancianos que se quedaron sin hogar, enfrentan las bajas temperaturas y la escasez de alimentos, agua, medicinas y combustible.

Según la policía japonesa, el saldo de fallecidos podría aumentar ya que el número de desaparecidos se elevó a 10 mil 316, y hay pocas esperanzas de encontrar a más sobrevivientes. El número de heridos es de 2 mil 356.

El alcalde de la ciudad costera de Ishinomaki, en la región de Miyagi, la más castigada por el tsunami, señaló el miércoles que los desaparecidos rondaban los 10 mil sólo en esta localidad.

El sismo es el más mortífero de cuantos se han producido en Japón desde el ocurrido en Kanto en 1923, que tuvo una magnitud de 7.9 y que provocó 142 mil 807 muertos y desaparecidos en Tokio y en sus alrededores.

La ciudad portuaria de Kobe fue golpeada el 17 de enero de 1995 por un sismo de 7.2 grados, el cual dejó cuantiosos destrozos.

A una semana del terremoto, algunos de los sobrevivientes hoy guardaron un minuto de silencio en honor a las víctimas en un albergue de la ciudad de Yamada, prefectura de Iwate, a las 14:46, la hora exacta en que se produjo el movimiento de tierra.

El drama humano se agrava para los damnificados. Unas 390 mil personas, incluyendo muchos ancianos que se quedaron sin hogar, enfrentaban temperaturas gélidas en refugios en las áreas costeras del noreste. Hay escasez de alimentos, agua, medicina y combustible para calefacción.

Stephen McDonald de la organización no gubernamental (ONG) Salven a los Niños, declaró que hemos visto menores sufriendo de frío, que carecían de los elementos realmente básicos como comida o agua potable. Mañana vamos a repartir mantas, y nuestro equipo está buscando qué otros bienes podemos suministrar.

Los equipos de la ONG Médicos sin Fronteras han visto unos pocos casos de hipotermia y distribuirán 25 mil mantas.

Aunque se observa una reparación gradual de infraestructuras básicas como carreteras, aeropuertos y otras instalaciones, la entrega de ayuda a los desalojados y sobrevivientes se hace difícil debido a la escasez de combustible y medios de transporte.

Según se informó, el gobierno asignó más recursos de su fondo de reserva para cubrir los gastos en el despliegue de efectivos de las fuerzas de autodefensa, quienes trasladan alimentos y gasolina, entre otros productos, hacia las zonas más afectadas.

Por su parte, el gobernador de Miyagi, Yoshihiro Murai, exhortó a los sobrevivientes a trasladarse a otras regiones porque resulta difícil garantizarles viviendas.

Además, la falta de combustible obligó a las autoridades de ese territorio a permitir el entierro de víctimas sin ser cremadas.

Las labores de rescate y recuperación se realizan en medio de muy bajas temperaturas, y se añade una alerta de inundaciones.