Tropiezos de Peña Nieto
Desmemoria, injusticia y alianzas
Del Mazo, Huixquilucan, narco
Encinas, en la recta final
Dinamita en comisiones
Sube el algodón y también la ropa
Creador de Facebook, escandalosamente rico
La tenencia en el DF
¿Balcanización de Libia y/o guerra subrepticia contra India y China?
Calderón y su transición energética
Acelera la privatización (otro intento)
Senadores panistas tras el artículo 28
Otra canción
Las frecuencias en Radio III
a fracción parlamentaria del Partido Acción Nacional (PAN) en el Senado de la República presentó ayer una iniciativa de reformas a los artículos 27 y 28 de la Constitución, así como a la ley reglamentaria del primero de esos numerales, a efecto de que los particulares puedan participar en actividades de petroquímica básica, almacenamiento y distribución de los productos derivados de crudo, hasta ahora restringidas, por ley, al Estado.
Ciudadanos sobre presupuesto participativo
on la consulta ciudadana programada para el próximo domingo 27, los comités ciudadanos caeremos en la trampa de inalcanzables requisitos para el ejercicio del pomposo presupuesto participativo
que nos permitirá decidir sobre el destino de menos de 3 por ciento de los recursos delegacionales.
n clamor resuena en todo el mundo. Todos queremos libertad, todos soñamos con la democracia. Que nos la den, que la hagamos, que la apoyen y, sobre todo, que luchemos por tenerla.
ibre de toda atadura, sea legal, social o cultural, el capital domina, impone, arrasa, se expande y se multiplica, explota al trabajo humano o al de la naturaleza, y termina expresando con precisión el sentimiento de sus progenitores: la ambición insaciable, el deseo obsesivo de poder. Su mercado es una fuerza voraz, una inundación indetenible, incapaz como proceso de autorregularse (cibernéticamente conforma una retroalimentación positiva, termodinámicamente, una entropía). Todo aquello que Marx describió hace más de siglo y medio durante el nacimiento del capitalismo, se cumple hoy con pasmosa exactitud, aunque en una magnitud sobrecogedoramente mayor. La codicia es tan descomunal, que los capitalistas unidos matarían a Dios o destruirían al planeta entero si ello fuera rentable. En suma, no es el ser humano, ni siquiera la civilización moderna, sino su motor, el capital, la causa última de las crisis actuales. Es la acumulación progresiva de esta irracionalidad, la que ha dado lugar a una civilización suicida, a un gigantesco experimento autodestructivo, a un proceso carcinógeno en el cuerpo entero del planeta.
n esta entrega el propósito era escribir sobre el dañino efecto que esparce la desigualdad sobre el cuerpo completo de la sociedad. Penetrar, hasta donde fuera posible en un artículo, en ese maligno sustrato de resentimiento que se va acumulando en las mismas entrañas del ser colectivo y que envenena la convivencia. Se pretendía escudriñar algunas experiencias de esa parte de la población, la menos favorecida, la de abajo, la marginal, ésa que recibe los nocivos golpes de la injusticia en el reparto de la riqueza y las oportunidades. Hablar también, por oposición natural, de esos otros, muy pocos ciertamente, que todo lo tienen, de sus dispendios y desusos de los recursos que han acumulado, casi siempre al ilegítimo amparo del poder público. Son, ciertamente, dos polos equidistantes, correlacionados en su mera naturaleza e interdependientes hasta en sus carencias o debilidades.
n el 35 aniversario del golpe más despiadado de su historia republicana (24 de marzo de 1976), los argentinos empiezan a sentir que la pesadilla quedó atrás y que la justicia es posible cuando hay voluntad política.
a disminución del catolicismo tiene grandes variantes regionales. De acuerdo con el censo 2010, mientras la media nacional de la población que se reconoció como católica es de 83 por ciento, por su parte Chiapas tiene en ese mismo rubro un lejano 58 por ciento.
ntaño, algunos doctores solían afirmar que una parte del éxito terapéutico dependía de la pócima y la otra del diálogo entre enfermo y galeno. Dentro de esa camada, los que alcanzaban el grado de maestros, tenían el don de transmitir sus conocimientos, no por viejos, sino porque habían vivido y crecido inmersos en la escuela de la escucha y del diálogo. Sabían los significados del arte de escuchar y sabían otras verdades. Una de ellas es imperecedera: sin diálogo, el ejercicio médico es mediocre. Otra es crucial: en las enfermedades crónicas, cuando no existen palabras de por medio, sin un diálogo que no sólo no se interrumpa, sino que se retroalimente continuamente, las posibilidades de cura son menores. Siglos atrás, antes de que el médico francés René Laënnec inventase en 1816 el estetoscopio, los médicos pegaban su oreja al cuerpo del paciente para escucharlo y así entender lo que la enfermedad decía.
yer fue un día largo. Atendía desde el mediodía las peripecias de Obama en Chile, como había hecho el día anterior con sus aventuras en la urbe de Río de Janeiro. Esa ciudad, en brillante desafío, había derrotado a Chicago en su aspiración a ser sede de la Olimpiada de 2016, cuando el nuevo Presidente de Estados Unidos y Premio Nobel de la Paz parecía un émulo de Martin Luther King.
ukushima es peor que Hiroshima y Nagasaki –dijo una sobreviviente del terremoto y del tsunami.