Con el propósito de ofrecer información oficial y fidedigna, el Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine) presentó el Anuario estadístico del cine mexicano 2010, recopilación de los datos más representativos en los diferentes rubros del sector, carta abierta para que investigadores, cineastas y público en general dispongan de la numeralia referente a esa área.

El volumen, editado por Imcine, permite enteramos de los números gruesos en materia de producción, distribución, exhibición, festivales, Internet, devedés e incluso de números de piratería.

Está integrado por los siguientes capítulos: Distribución y exhibición, que muestra el comportamiento de las cintas en los diversos canales comerciales, su impacto en taquilla, su presencia respecto de otras cinematografías y la distribución de los diferentes formatos, e Infraestructura y festivales, en el que se cuantifica y ubica geográficamente el conjunto de exhibidores comerciales, como los diversos festivales realizados a escala nacional.

Otros capítulos son Producción, que da cuenta de la realización en el país de diversas exposiciones audiovisuales; Tv y cine mexicano, que analiza la participación de la cinematografía por esta ventana de exhibición; Dvd y cine mexicano, campo en el que se mide el comportamiento de la cintas mexicanas en este formato; Cine mexicano en el extranjero, apartado que informa sobre la presencia del cine nacional en otros países; La encuesta nacional de consumo y percepción del cine mexicano, realizada en 2010, y el Recuento estadístico de la industria (1910-2010), recopilación que busca exponer el devenir de la producción de cine en los años recientes en la industria nacional.

Datos para el Legislativo

Durante la presentación, Víctor Ugalde, titular de la Sociedad Mexicana de Directores, dijo que los datos del anuario no sólo pueden llegar a manos de investigadores, productores y público en general, sino también del Poder Ejecutivo y a los ámbitos cultural o hacendario, así como al Poder Legislativo. Espero que con él, y gracias a que todavía faltan unos meses para tomar decisiones para 2012, los encargados de ello piensen mejor y actúen en beneficio del cine, ya que sus decisiones no sólo afectan al Imcine, sino repercuten en el futuro de los creadores y la economía de la nación.

Para Mónica Lozano, quien está al frente de la Asociación Mexicana de Productores Independientes, el volumen contribuye al intercambio de información que posiblemente detone un debate y reflexión para asentar políticas públicas en beneficio de la producción. Los productores hacíamos afirmaciones basadas en información que no teníamos. Esto nos sirve para ser autocríticos, reflexionar y saber a qué mercados nos dirigimos, qué nivel de competencia tenemos, qué hacemos con respecto al cine de otros países. Por ello es formidable que Imcine propicie reflexiones, formas para desarrollar políticas públicas de gobierno que se ajusten a la dinámica del sector.

En opinión de José Díaz, presidente de Cinemas Lumiére, si no existiera en México un duopolio televisivo y la piratería, tendríamos una cinematografía más sana. Podemos entender esto a partir de esos datos estadísticos contenidos en el anuario, que es un observatorio del conocimiento compartido.

Ugalde recordó que por más de 70 años dirigentes del PRIgobierno cumplían con el ocultamiento de la información inmediata para que sólo se repitiera lo que ellos afirmaban. Fueron épocas de desinformación. Ahora, con la circulación inmediata de Internet, con la pluralidad en la prensa y la radio, los más jóvenes aquí presentes no se podrán imaginar esos escenarios, pero basta con que analicen el caso del duopolio televisivo y verán que ahí todavía priva la censura y el uso de la información de forma parcial. Si tocas sus intereses, te linchan, te calumnian, te desaparecen públicamente.

Ugalde celebró las certezas que nos da la nueva publicación del Imcine (fue secretario ejecutivo del fideicomiso de producción de ese instituto), debido a la carencia de información, pues la que que existía debía tomarse con pinzas, es decir, con reservas. Aunque destacó el material subalterno ofrecido por colectivos e incluso por académicos, como Manuel González Casanova.

Sin embargo, mencionó breves deficiencias en el contenido, como los listados que sustentan los datos. “Como investigador necesito la información primaria para verificar la certidumbre de los datos (conozco al equipo de Imcine, incapaz de manipular la información). Claro que agradezco y mucho los resúmenes secundarios, que sintetizan en unos cuantos cuadros y unos pocos comentarios los efectos de la actividad fílmica en 2010.

El anuario es bueno, no es perfecto, pero sí perfectible. Celebro la voluntad de informar de la administración fílmica actual, pero como ciudadano del siglo XXI exijo que esta muestra de buena voluntad se convierta en un compromiso formal con la sociedad fílmica nacional. Que a partir de ahora se publique, año con año y que las fuentes que lo hacen posible sean de acceso público.