Concepciones de necesidades en sicología y antropología social / I
La teoría sicológica de la autodeterminación y su concepto de necesidad
braham Maslow relata que, para hacer lo que hizo y que lo volvió famoso (su teoría de la jerarquía de las necesidades), tuvo que abandonar los estrechos márgenes de la sicología experimental y conductista en la cual fue formado. En esta ruptura sus lecturas de antropología social fueron clave. Por ello durante mucho tiempo, en mi búsqueda por entender las potencialidades y realidades del ser humano, pensé que no podría encontrar luz alguna en la sicología experimental. Sin embargo, he encontrado muy interesantes ideas en dos sicólogos experimentales (Deci y Ryan) que siguen la corriente de la sicología humanista fundada, entre otros, por Maslow.1 En la serie que hoy inicio pongo lado a lado la sicología humanista que usa métodos experimentales y la antropología social clásica (empirista también), abordando la obra de Deci y Ryan y la clásica de Bronislaw Malinowsky. Ambos formulan, como parte de concepciones más amplias y divergentes, teorías sobre las necesidades humanas, de donde proviene mi interés en estos autores.
Edward L. Deci (ED) en Why We Do What We Do. Understanding Self-Motivation (Por qué hacemos lo que hacemos
; Penguin Books, 1996), empieza diciendo que la violencia se ha vuelto lugar común, que la gente está alienada y sin afecto, que la obesidad y la anorexia alcanzan proporciones casi epidémicas, que la gente enfrenta una deuda incapacitante, y que la irresponsabilidad es generalizada. Ante ello, continúa, el camino de apretar el control no funciona, pues la aplicación del principio rígido de autoridad está exacerbando (y no reduciendo) el problema. El enfoque alternativo que Deci plantea está desarrollado en su libro que versa sobre la motivación humana y que está articulado en torno a la distinción entre conducta autónoma y controlada:
El término autonomía se deriva de ser auto-gobernado. Ser autónomo significa actuar de acuerdo con su propio yo, sentirse libre y volitivo en sus acciones. Las personas autónomas quieren hacer plenamente lo que están haciendo y asumen su actividad con un sentido de interés y compromiso. Sus acciones emanan de su sentido verdadero del yo, de modo que son auténticas. En contraste, estar controlado significa actuar porque uno está presionado...[en cuyo caso] la conducta no es la expresión del yo, pues éste ha sido subyugado a los controles. En esta condición, las personas pueden ser razonablemente descritas como alienadas... [Una de las formas de] conducta controlada es la sumisión u obediencia (compliance) y es ésta la que las soluciones autoritarias buscan lograr. Sumisión significa hacer lo que te dicen que hagas porque te dicen que lo hagas. El precio de tal sumisión –alienación profunda con todas sus ramificaciones– se detalla en este libro. La autenticidad requiere actuar autónomamente, pues significa ser el autor de las acciones propias, actuar de acuerdo con su verdadero yo interno (pp. 1-4).
ED narra que desde principios de los años setenta ha estado explorando los conceptos de autonomía, autenticidad, libertad y yo verdadero, anclando la exploración en conceptos motivacionales. Dicho trabajo, añade, ha sido realizado en su mayor parte con Richard Ryan y, añade:
aunque no somos los únicos sicólogos interesados en estos temas, otros lo hacen fuera de la tradición empírica que se apoya en la aplicación de principios estadísticos a datos recolectados usando métodos científicos. Al conceptualizar autenticidad en términos de conducta autónoma, se convierte en una cualidad especificable del funcionamiento humano, y ya no sólo un concepto filosófico abstracto. Esto ha permitido moverla del reino de la especulación razonada al de la investigación sicológica
(p.7)
Richard Ryan y Aislinn Sapp2 (RyS), abordan el concepto de bien-estar desde el marco conceptual de la teoría de la auto-determinación (TAD) formulada por Deci y Ryan, que es una perspectiva del desarrollo y del estar bien (wellness) de base empírica. La teoría especifica un pequeño número de necesidades sicológicas básicas cuya satisfacción es necesaria para el estar bien sicológico y cuya importancia es tanto trans-desarrollo (aplica a todas las edades) como trans-cultural (aplica a todos los humanos). La TAD especifica criterios del estar bien que van más allá de concepciones hedónicas de felicidad e incluyen concepciones eudaimónicas del estar bien que se refieren a la realización de potencialidades intrínsecas. RyS señalan que una de las propiedades que distinguen a los seres vivos de las entidades inanimadas es la dependencia de los primeros en la nutrición. El concepto de necesidades, añaden, no es controversial en el campo de la biología, pues la idea de que los organismos necesitan, por ejemplo agua, es verificable empíricamente. El concepto de necesidad biológica o física descansa en la idea de que la privación de ciertos bienes resulta en degradación del crecimiento y deterioro de la integridad que son fenómenos medibles. Por tanto, las necesidades pertenecen prescriptivamente a la vida. Y añaden:
Un fundamento similar puede ser aplicado con respecto a los nutrimentos que subyacen en el crecimiento y la integridad sicológicas. Al investigar cómo condiciones sociales específicas facilitan o socavan resultados de varias formas de motivación y bien-estar, la TDA identifica principios que directamente informan la organización y la práctica social efectivas. (p.72)
La TDA, argumentan RyS, reconoce tanto las dimensiones sicológicas como las físicas de la salud (bien-estar) y se centra en las condiciones sociales y de desarrollo que promueven crecimiento sicológico óptimo, integridad y bienestar versus aquellas que conducen a la desmotivación, la fragmentación y la infelicidad. Esta línea argumental es coherente con la tesis que he sostenido de que la pobreza mata (véase gráfica). TDA empieza postulando explícitamente que los humanos son seres inherentemente activos y relacionales. Desde la infancia, como lo muestra la evidencia etológica, conductual y de desarrollo, las personas tienen tendencias de desarrollo inherentes o naturales a interesarse y a involucrarse en sus mundos interno y externo, hecho que se manifiesta en la motivación intrínseca. Estas inclinaciones intrínsecas, incluyendo la propensión a explorar, manipular, asimilar y entender, son esenciales para el desarrollo infantil y en la vida adulta para la vitalidad personal y la auto-restauración. En la TDA una necesidad sicológica básica denota sólo aquellos nutrimentos esenciales para el crecimiento sicológico y la integridad. Esta definición sugiere que hay soportes sicológicos que los humanos deben experimentar para prosperar y que, cuando son privados de ellos una degradación empíricamente observable resulta.
1 Así describe Wikipedia en inglés (entrada sicología humanista
) el nacimiento de esta corriente: “A finales de los años 50, sicólogos preocupados por desarrollar una visión más holística de la sicología convocaron dos reuniones en Detroit. Estos sicólogos, entre ellos Abraham Maslow, Carl Rogers y Clark Moustakas, estaban interesados en fundar una asociación profesional dedicada a una sicología enfocada en asuntos exclusivamente humanos, tales como el yo (self), autorrealización, salud, esperanza, amor, creatividad, naturaleza, ser (being), desarrollo del ser (becoming), individualidad y significado –esto es, un entendimiento concreto de la existencia humana”.
2 Basic psychological needs: a self-determination theory perspective on the promotion of wellness across development and cultures
, en Ian Gough and J. Allister McGregor (editores), Wellbeing in Developing Countries. From Theory to Research, Cambridge University Press, 2007, pp. 71-92.
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