De cada 10 niños mexicanos, cuatro viven en condiciones de pobreza, pero la proporción se eleva a cinco de cada decena si además de los insuficientes ingresos monetarios de sus hogares se añade el incumplimiento de sus derechos fundamentales, indica una investigación de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).

En total, la pobreza afecta a más de 15.8 millones de niños en el país, de los cuales 4.3 millones sobreviven en condiciones de extrema pobreza, de acuerdo con la primera medición multidimensional de la pobreza infantil con parámetros específicos para la región que aplicaron ambos organismos en la investigación Pobreza infantil en América Latina y el Caribe, que comenzó a ser difundida este mes.

Por número, México es el segundo país de la región con más niños pobres, sólo superado por Brasil donde existen 22.7 millones. Ambos países concentran casi la mitad de los casi 81 millones de pequeños latinoamericanos que padecen al menos una privación moderada hasta pobreza extrema.

Si la comparación se hace en cuanto a porcentajes, México se incluye entre las naciones latinoamericanas que reportan un nivel intermedio de pobreza infantil. De hecho, se ubica sólo cinco puntos abajo del 45 por ciento que representa el promedio regional, según las cifras más recientes obtenidas por ambas organizaciones y que van de 2003 a 2008.

Mejor que Centroamérica

Entre 18 naciones analizadas, México ocupa el lugar 11 con 40 por ciento de sus niños en pobreza, mientras la lista es encabezada por El Salvador con 86.8 por ciento de su población infantil en tal situación.

México se encuentra en un mejor nivel que las seis naciones centroamericanas y cuatro sudamericanas, cuya pobreza infantil oscila entre 45 a 86.8 por ciento. En cambio, Brasil, Colombia, Venezuela, Argentina, Uruguay, Chile y Costa Rica tienen porcentualmente menos niños pobres que México.

El país en mejor situación en este tema es Costa Rica, donde sólo dos de cada diez menores tienen alguna carencia, proporción que se duplica en el caso de México.

Cepal y Unicef aclaran que la medición de la pobreza infantil en la región y por país varía según la metodología que se utilice. Así, cuando la pobreza infantil se mide únicamente a partir de los ingresos monetarios de los hogares o desde la perspectiva de sus derechos, entonces el porcentaje de niños pobres en México se eleva hasta 53 por ciento para el primer caso y a 55 por ciento para el segundo, precisa la investigación.

La desnutrición global y crónica de los menores también puede ser medida con dos metodologías distintas, por lo que en el caso de México se establece que entre el 3.5 y 5 por ciento padecen la primera, y de 12 hasta 22 por ciento la segunda.

El documento detalla que casi la cuarta parte de los infantes mexicanos (24.3 por ciento, similar al promedio regional) carecen de una vivienda adecuada, lo cual afecta sus procesos de alimentación, educación, abrigo, construcción y de vínculos de contención sociofamiliar.

En el desglose de las privaciones relacionadas con la vivienda, se especifica que 8 por ciento de los niños tienen carencias de moderadas a graves en el acceso de agua potable, 18 por ciento en servicios sanitarios, de 7.6 por ciento en servicios educativos, así como 3.7 por ciento a información y comunicaciones.