Recibió la medalla Salvador Toscano por trayectoria de escritor, investigador y académico
El trabajo serio debe fundamentarse, dice el analista premiado por la Cineteca, la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas y la Fundación Carmen Toscano
Domingo 8 de mayo de 2011, p. 8
El viernes pasado, Jorge Ayala Blanco recibió en la Cineteca Nacional la medalla Salvador Toscano al Mérito Cinematográfico 2010, por su trayectoria como escritor, investigador y académico. Con ello, su nombre se une a los de Tomás Pérez Turrent, Ismael Rodríguez y Manuel González Casanova, quienes fueron galardonados anteriormente
La distinción le fue otoragada por Conaculta Cine, a través de la Cineteca Nacional, la Fundación Carmen Toscano y la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas, las cuales definen a Ayala Blanco como referente ineludible de la investigación cinematográfica.
La medalla fue instituida en 1983; premia a hombres y mujeres que, con arte y técnica, han contribuido en cualquiera de los campos del quehacer fílmico a la historia del cine mexicano.
La noche del viernes le fue entregado un reconocimiento escrito y un estímulo económico, Ayer por la noche, en el Palacio de Bellas Artes, en el contexto de la edición 53 Ariel le fue entregada la medalla.
Ayala Blanco es autor de una sólida obra escrita, en la que destacan Cine norteamericano de hoy, La aventura del cine mexicano, El estilo norteamericano: un clasicismo viviente, La búsqueda del cine mexicano y Cartelera cinematográfica 1912-1919, 1920-1929, 1930-1939, 1940-1949, 1950-1959, 1960-1969, 1970-1979, 1980-1989, 1912-1989, 1990-1999, y Dolores del Río, entre muchas otras.
Mejor no
En la Cineteca, el viernes, luego de unas palabras de la directora de esa dependencia, Paula Astorga Riestra, habló Rogelio Martínez Aguilar, presidente de la Fundación Toscano: Me quedé sin ver muchas películas, porque leyendo las críticas de Ayala Blanco, que son tan devastadoras, me decía que mejor ya no iba a verlas (...), pero, por otro lado otras muchísimas vi bajo su muy atinada guía.
Con el diploma y el cheque en las manos, Ayala Blanco –llamado también Ayatola blanco, por su crítica feroz–, expuso muy en su estilo: “Es un privilegio recibir este galardón tan codiciado en el medio cinematográfico por muchísimas razones.
“Hay una especie de sentimiento contradictorio para definir el momento que se vive en el cine mexicano. Por un lado, contemplamos el renacimiento de la cultura cinematográfica, gracias a la labor de Paula Astorga al frente de la Cineteca Nacional, pues por fin, después de haber pasado por una pésima etapa, casi diría de oscuridad o de ocultismo, comienzan a llenarse de nuevo las salas. Esto es para mí fundamental (...) Es la primera vez, que yo sepa, que se da este premio a un investigador, docente y analista cinematográfico. Se ha otorgado a otros maestros, críticos e historiadores, pero es siempre por otras razones, no por la de ser crítico.
“Se les dio porque habían hecho cine. Creo que es la primera vez que se le da a alguien que nunca ha intentado hacer cine, sino deshacerlo. Esto para mí es totalmente insólito y me parece importante porque abre brecha. Es un nuevo territorio en el que están incursionando tanto la Fundación Toscano, como la Academia y la Cineteca Nacional. Esto abre la posibilidad para que otros investigadores, con tantos méritos o mayores que los míos, puedan recibir este galardón.
No, por supuesto, a los promotores del cine mexicano, a los incondicionales, a los que apoyan, sino los que tienen una mirada crítica; los que realmente están creando conciencia, que ofrecen una reflexión, e incluso productos que están cercanos al ideal que persigue todo crítico que se respete, es decir, intentar hacer una obra de arte para reflejar otra obra de arte.
Comentó a este diario que en los medios de información “hay críticas encubiertas, pues en realidad son marketing disfrazado, que creo que es lo que predomina. Hay críticas que señalan que una película es buena o mala según me guste o no, pero no fundamentan.
La buena crítica tiene que fundamentar, argumentar y reflexionar. Lo que se debe evaluar es el sentido y cómo está manejada la forma para llegar a él. Es tanto la construcción formal como el significado.
–¿Hay que hacer cine para poder criticarlo?
–No se necesita ser ballena para hablar de Moby Dick.
Leer sobre cine orienta a la gente, para ir creando públicos, sobre todo entre los jóvenes. Yo comencé a ver cine desde que estaba en el claustro materno y en el claustro paterno. Desde ahí empezamos a ver cine, pero de una manera consciente desde mi adolescencia.
—¿Es usted un fichero andando?
—No creo. Sí me gusta mucho la ficha... soy fichera cinematográfica, pero no me basta con eso, por eso hago tres tipos de libros: de fichas, del cine mexicano y del cine extranjero.