Santiago, 19 de mayo. Denuncias de la televisión pública muestran los lujos de las cárceles militares de Punta Peuco y Cordillera, en Chile, donde están recluidos los militares de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) sentenciados por violaciones a los derechos humanos.

Los militares disponen de casas individuales con patios, jardines y enseres domésticos, y sus instalaciones constan de canchas de tenis y piscinas, lo cual contrasta con las precarias condiciones de las cárceles públicas, donde viven decenas de presos hacinados en celdas pequeñas y carentes del servicio médico.

Aldo Cornejo, Ricardo Rincón y René Saffirio, diputados del partido Democracia Cristiana, cuestionaron la escandalosa situación de privilegios que existe en dichos penales. Mientras sólo cuatro gendarmes estaban a cargo de mil 500 reos en la cárcel San Miguel, 121 funcionarios carcelarios están a cargo de 58 reclusos en los centros penitenciarios de Punta Peuco y Codillera, informó Saffirio.

Felipe Bulnes, ministro chileno de Justicia, dijo que esto es producto de un acuerdo político logrado cuando Pinochet era comandante en jefe del ejército en 1995.

Me llama la atención que nos sorprendamos, ese fue el acuerdo constitucional al que llegaron los actores políticos de la época, y es también parte de las tradiciones carcelarias con las que tenemos que convivir, indicó.

Desde siempre se supo que Punta Peuco y Cordillera eran recintos diferenciados, pero voy a hacer cumplir la ley conforme a la institucionalidad que tenemos. No le otorgaré beneficios especiales a los militares, más allá de los que la institucionalidad prevea, pero tampoco los humillaré, y añadió que también me preocuparé por mejorar las condiciones carcelarias del resto de la población penal, porque ahí tenemos una situación de crisis que se arrastra desde hace décadas y que hay que tomar en serio.

No obstante, ningún proyecto de ley carcelario ha sido presentado por Bulnes hasta ahora.