Domingo 22 de mayo de 2011, p. 29
Nueva York, 21 de mayo. Para un hombre de gustos caros como Dominique Strauss-Kahn, cambiar una celda en la mayor prisión de Estados Unidos por un elegante departamento en el corazón de Manhattan debe haber sido como volver a casa.
El ex jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI), acusado de delitos sexuales, salió el viernes bajo fianza de la cárcel de Rikers Island, donde había pasado cuatro noches, y ahora vive una lujosa detención domiciliaria.
Su jaula de oro está ubicada en el número 71 de la calle Broadway, en un edificio de departamentos cerca de dos puntos emblemáticos de la ciudad: la zona cero y Wall Street. La histórica iglesia de La Trinidad está al lado y la famosa tienda Century 21 queda a pocos pasos.
Pero Strauss-Kahn, detenido el 14 de mayo, no puede dar un paso más allá de su puerta.
Incluso si pudiera, probablemente no se atrevería. Hordas de periodistas asedian la entrada del edificio.