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Staffan Hildebrand cuenta con más de mil 200 horas de metraje tomado de 40 países

Desde hace 25 años, cineasta ha registrado los estragos del sida

En diciembre proyectará Lecciones aprendidas, en la edición 30 de un simposio internacional en la Universidad Harvard

Face of AIDS convertirá la filmoteca del sueco en archivo digital

 
Periódico La Jornada
Viernes 10 de junio de 2011, p. 8

Estocolmo, 9 de junio. El cineasta sueco Staffan Hildebrand ha dedicado los pasados 25 años de su vida a documentar los estragos del VIH y el sida en más de 40 países, al construir una filmoteca y una perspectiva únicas para entender esta pandemia.

Conseguir medicamentos antirretrovirales a precio asequible –tanto en países ricos como pobres– ha sido uno de los grandes hitos en los 30 años recientes, desde que el virus se identificó formalmente, dijo Hildebrand.

Sin embargo, casi 30 millones de personas han muerto hasta la fecha debido a complicaciones relacionadas con el sida, según cifras emitidas el viernes pasado por la Organización de Naciones Unidas (ONU). Junto a ellas, más de 60 millones fueron infectadas.

Hildebrand proyectará en diciembre su documental Lecciones aprendidas, en la edición 30 del simposio internacional sobre sida en la Universidad Harvard. Serán 20 minutos sobre las experiencias de los afectados por el VIH y el sida, con material de su formidable archivo. No en vano se trata de la primera epidemia en la historia documentada en video casi desde su origen.

Retrocediendo a la historia de la enfermedad, Hildebrand cuenta que durante los primeros años todos los diagnosticados con VIH morían, pues no había tratamiento. Era aterrador. Todos morían. Había miedo, explica. Estigma. La gente no quería tocar a nadie. Había un montón de prejuicios y la gente que tenía la enfermedad sufría también sicológicamente, señala.

El cambio decisivo tuvo lugar en 1996, con la introducción de la terapia antirretroviral. Pero se temía que sólo fuera accesible a los más ricos. La dosis anual de medicamentos costaba unos 12 mil dólares por paciente, muy por encima de los medios de mucha gente o de los presupuestos de sanidad en países pobres.

En África la gente se sigue muriendo, igual que en Asia y Latinoamérica, dice Hildebrand. Recuerda cómo, entre 1996 y 1999, mientras filmaba, había un fuerte debate porque sólo los ricos tenían medicinas. Daba miedo.

Fue en 2000, en una conferencia internacional sobre sida, en Dubai, cuando las compañías farmacéuticas, las distintas organizaciones de la ONU e influyentes activistas, como Nelson Mandela o Bill Gates, alcanzaron un acuerdo para reducir los precios de los antirretrovirales en naciones pobres.

Los países comenzaron a comprometerse para financiar las medicinas, y los precios cayeron gradualmente. Según el programa Onusida, más de 6 millones de personas en países con ingresos medios o bajos recibían tratamiento a finales de 2010.

Muy relacionada con el aprovisionamiento de medicinas está la necesidad de tener un sistema sanitario, con clínicas locales accesibles a la gente.

El cineasta calcula que tiene más de mil 200 horas de metraje, pero debido a la falta de financiamiento no se ha podido digitalizar todo. Hast aahora: este mes, la organización Face of AIDS planea convertir su filmoteca en archivo digital que sirva de herramienta educativa, de investigación e información sobre la historia del sida.