La selección juvenil mexicana parece tener todo en su favor este domingo para conquistar el título del Mundial Sub-17. Contará con el apoyo de 100 mil espectadores en busca de su segundo cetro en esta categoría, seis años después de Perú 2005, hasta ahora el máximo logro en la historia futbolera de nuestro país.

Por su parte, Uruguay se presenta como un rival complicado, que al eliminar a Brasil dio muestras de garra y que arriba al Coloso de Santa Úrsula tal vez como llegó la celeste en el lejano Maracanazo de 1950. Sin embargo, el técnico Fabián Coito se negó a hablar de un Aztecazo.

Son categorías diferentes, no me gustaría comparar y eso es algo muy difícil de repetir. Lo que sí me gustaría es ganar, expresó el timonel, y aseguró que tienen argumentos para ser campeones.

Llegamos a la final sin que nadie nos regalara nada. Recorrimos seis ciudades en situaciones adversas. Estuvimos en el calor de Torreón, en la lluvia de Morelia y en la altura de Pachuca, y en todas partes tuvimos buen rendimiento.

Por su parte, Raúl Gutiérrez destacó que el título sería producto del trabajo realizado en los dos años recientes y espera que la corona signifique un parteaguas para el balompié de México, pero rechazó el apodo de niños héroes para sus pupilos.

“Les pregunto a los chavos: ¿dónde está Juan Escutia, Juan de la Barrera…? Sabemos que el futbol genera muchas cosas y nos sentimos halagados, pero nada más. Yo lo único que les digo es que disfruten la final, porque será un partido que marcará positivamente sus carreras”, señaló.

Espera también que el futbol nacional tenga un estilo propio, un modelo que se base en tener la pelota, un gran trabajo de equipo, en buscar siempre el arco rival y con gran espíritu de combatividad y solidaridad.

El Potro vislumbra un partido muy complicado ante un rival que se ordena bien y que contra Brasil fue muy certero.

Indicó que Julio Gómez sí jugará, pero hay que ser precavidos, porque esos golpes en la cabeza pueden tener consecuencias. De todos los estudios salió bien.

Gutiérrez reveló un aspecto con el que motiva a sus pupilos. Una técnica japonesa llamada Kaizen, que significa el compromiso de una mejora constante, que siempre hay cosas por mejorar.

Mientras, al final de la última práctica, en un acto que pareció espontáneo, los jugadores se colocaron una venda en la cabeza para mostrar su solidaridad con el número ocho. Al grito de ¡Todos somos Gómez!, posaron para las lentes y ratificaron su sueño de alzar la copa esta tarde.

El capitán Antonio Briseño expresó que el equipo tiene todo para obtener su séptimo triunfo, algo que ningún conjunto nacional ha logrado en ningún Mundial.

“Este equipo tiene pasta de campeón –aseguró El Pollo–. Tenemos garra, personalidad, sabemos defender y atacar. Las finales no se juegan, se ganan, y desde que empezamos a prepararnos soñamos con ganar el Mundial.”

Sobre los recientes dos duelos ante Uruguay, con resultados de 2-2 y triunfo 6-2 para los sudamericanos, dijo que eran partidos de preparación y fueron en su casa, ahora es una final y será totalmente distinto. Vienen a nuestra casa y vamos a hacerla respetar, señaló.

El goleador Carlos Fierro dijo que están ansiosos de que empiece el partido para obtener la victoria. No hay que defraudar a nadie. Queremos dedicarle el campeonato a todo el país. Ellos son fuertes y aguerridos, pero tenemos muchas ganas de alzar la copa. Estamos a un paso de nuestro sueño.

En el duelo por el tercer lugar, Brasil se medirá con Alemania.