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Desde otras ciudades

Ocupa el Papa escuelas españolas

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El papa Benedicto XVI, al término de la audiencia general del pasado 15 de junio, en la Plaza de San PedroFoto Reuters
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adrid –o más bien sus autoridades, de cariz conservador– ha decidido tirar la casa por la ventana para recibir a su guía espiritual: Joseph Ratzinger, el papa Benedicto XVI. El jefe del Estado Vaticano estará en la capital española el próximo 15 de agosto, en un encuentro con jóvenes católicos de todo el mundo al que se prevé una llegada masiva de feligreses devotos del dogma católico.

La primera visita a Madrid del nuevo líder espiritual del catolicismo mundial ya está suscitando polémicas varias; no sólo por el dispendio de recursos públicos para organizar el encuentro –que superará los 50 millones de euros– sino por algunas claudicaciones simbólicas. Sobre todo una, que tiene en pie de guerra a los defensores de la educación laica y alejada de aquella imagen de la escuela entregada a la cruz y al crucificado: todas las escuelas públicas de la región, que cierran en verano, estarán a disposición de los cardenales, obispos y sacerdotes que viajan en la comitiva papal. Y ahí dormirán las decenas de miles de personas que asistirán al encuentro.

Además de disponer de unas instalaciones públicas que sirven para la educación de los más pequeños de la sociedad, los seguidores de la doctrina católica podrán hacer uso de los recursos básicos para su hospedaje: energía eléctrica, agua y, en algunos casos, hasta podrán utilizar las cocinas, comedores e instalaciones deportivas.

Los detractores de esta claudicación ante la curia vaticana advierten no sólo de la rendición de los principios laicos de la Constitución, sino también de la arbitrariedad para abrir los colegios públicos a los devotos de Cristo y Roma. Y se preguntan si a partir de ahora no se debería de exigir un trato similar a otro tipo de colectivos, como las decenas de miles de personas que cada año acuden a las celebraciones del Orgullo Gay.

Armando G. Tejeda, corresponsal