En los dos años recientes se aprobaron 906 proyectos con una inversión de 35 mil 603.5 millones de pesos en los sectores de servicios, comercio, industria y vivienda, que generaron 79 mil 394 empleos y vienen después de una de las peores crisis económicas globales, con lo que se dejó atrás el señalamiento del Banco Mundial (BM) de que teníamos el peor ambiente de negocios del país, dijo la titular de la Secretaría de Desarrollo Económico (Sedeco), Laura Velázquez Alzúa.

En la presentación del segundo informe de resultados del Comité Evaluador de Proyectos de Inversión y de la Oficina de Apertura Rápida de Negocios, precisó que 60 por ciento de los proyectos analizados eran irregulares, por el complejo entramado normativo que existía en la ciudad, aún existe, pero ahora tenemos los instrumentos para superarlo, y el resto son nuevos negocios, que van desde cinco mil hasta 5 mil 500 millones de pesos.

Las delegaciones Benito Juárez y Cuauhtémoc concentran la tercera parte de las unidades económicas de reciente apertura o que han regularizado su funcionamiento. En su mayoría se trata de micro y pequeñas empresas, como tiendas de abarrotes y minisúpers, tiendas de regalos y de ventas de mercancías generales, fondas, restaurantes y cafeterías, escuelas, servicios profesionales, lavanderías, estéticas y microindustrias.

Ante representantes del sector privado destacó que a dos años de distancia, cuando el Banco Mundial calificó a la ciudad de México de la entidad federativa con el peor ambiente de negocios, las cosas han cambiado y se ha construido una política de atención y solución expedita a las pretensiones de inversión de todos los sectores de la población.

Mencionó que si bien la inversión lograda es potencial, porque poco menos de la mitad aún está en proceso –pues se trata de proyectos que requieren de varios años para concretarse–, representa la posibilidad de generar o conservar 79 mil empleos. De ahí la batalla también por construir un blindaje a la micro y pequeña empresa por medio de la norma 29.

Dicha medida es cuestionada por las grandes tiendas de autoservicio, que hacen como que se preocupan por la gente de menores recursos, pero en los hechos buscan desaparecer las panaderías, tortillerías, farmacias, zapaterías, tiendas de ropa, entre otros negocios, ya que su propósito esencial es quedarse con todo el mercado, como lo demuestran cientos de casos que día tras día sufrimos, afirmó.

Otro objetivo es fomentar la economía de subsistencia, que permite al propietario de su casa abrir un negocio de bajo impacto sin modificar el uso de suelo, a fin de amparar el trabajo que realizan adultos mayores, jefas de familia, jóvenes que comienzan un negocio y no pueden hacerlo por el lastre de una renta encima, comentó.