Madrid, 20 de julio. El conservador Francisco Camps renunció hoy al cargo de presidente de la Generalitat de Valencia, acorralado por una querella criminal por un delito de cohecho y numerosos indicios de prácticas continuadas de corrupción y abuso de poder.

El derechista Partido Popular (PP) obligó a Camps a dimitir sólo un mes después de que logró relegirse con mayoría absoluta, ante el temor de que la inminente apertura del juicio oral impacte de cara a las elecciones generales a celebrarse en España el próximo año.

Camps se sentará en el banquillo de los acusados y será juzgado por un jurado popular en los próximos meses, con lo que se hubiera convertido en el primer presidente autonómico en ser sometido a juicio por corrupción y delitos en el ejercicio de su función pública.

Al hasta hoy presidente de Valencia se le vincula a una trama de corrupción, llamada Gürtell, en la que están implicados más de un centenar de políticos, diputados, alcaldes y consejeros del partido conservador, que se habrían aliado con un grupo de empresarios que pagaban sobornos para obtener contratos públicos de obras u organizaciones de eventos. También se investiga, de fondo, la presunta financiación ilegal del partido.

La justicia decidió el viernes pasado juzgar a Camps, un cercano aliado del líder conservador Mariano Rajoy, por un supuesto delito de cohecho pasivo (aceptar regalos hechos con el fin de lograr algo no estrictamente ilegal), en el contexto de la trama Gürtell.

Camps está acusado de haber presuntamente aceptado trajes por más de 30 mil euros de una empresa que al parecer se benefició de licitaciones públicas en Valencia, entre 2005 y 2008, en la llamada causa de los trajes derivada del caso de corrupción Gürtell.

En su mensaje de dimisión, Camps insistió en que es inocente y que su decisión se debía sobre todo para ayudar al candidato conservador a la presidencia del gobierno de España, Mariano Rajoy, a obtener el poder en las próximas elecciones. Lo sucederá en el cargo el alcalde de Castellón, Antonio Fabra, quien además de asumir la presidencia valenciana también tomará el control de los órganos regionales de su partido.

El propio Rajoy señaló en un comunicado que la decisión de Camps la ha asumido pensando en el beneficio de las instituciones y de los ciudadanos de su comunidad, y no prejuzga en absoluto su presunción de inocencia, ni menoscaba su ejecutoria intachable al frente de la Generalitat que los valencianos acaban de revalidar democráticamente.

El Partido Socialista Obrero Español afirmó que la dirección del PP y el propio Camps sabían que había mentido en la investigación judicial, y que por lo tanto pretende ser un cortafuegos de la profunda trama Gürtel.

Por lo pronto, el ex vicepresidente de la Generalitat Víctor Campos y el ex jefe de gabinete de la Consellería de Turismo, Rafael Boteret, aceptaron la acusación del delito de cohecho en la trama Gürtell, destapada por el ahora suspendido juez Baltasar Garzón.