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El artista habló del futuro de la movilidad en las ciudades en un foro en el CCUT

Byrne: la bicicleta se ha convertido en la ventana panorámica hacia el mundo

Compartió su experiencia de andar en dos ruedas: Me sentía más conectado con la vida de la calle de lo que habría estado en un coche

Su libro más reciente fue parte de la charla

 
Periódico La Jornada
Sábado 30 de julio de 2011, p. 3

Espacios muertos y vacíos en ciudades futuristas imaginarias, periferias de supercarreteras laberínticas y ausencia de contacto humano entre muros de hormigón, fueron las primeras imágenes que el artista David Byrne proyectó desde su computadora en el auditorio del Centro Cultural Universitario Tlatelolco (CCUT). Contrario a lo que la mayoría esperaba, o deseaba, no vino a interpretar música, sino a hablar de bicicletas.

Luego, escenas de ciudades capturadas durante sus viajes por el ex vocalista de la banda Talking Heads, también fotógrafo, diseñador, cineasta, artista plástico y escritor. Ciudades apropiadas en su más reciente libro Diario de biclicletas, editado por Sexto Piso.

–¿Andar en bicicleta ha influido en su forma de hacer música? –se le preguntó.

Byrne oprimió el audífono contra su oído para comprender al traductor, permaneció atento, luego dos minutos de silencio, expectante, y, rotundo y sobrio, respondió: No.

Luego, cuando alguien más comentó que Albert Hoffman experimentó los efectos del LSD sobre una bicicleta, un Byrne divertido dijo que esa sustancia no fue buena para él, en cambio, la bicicleta lo hace sentir libre y con energía.

En el libro recién editado en español relata que en los años 80 comenzó a transportarse en bicicleta en Nueva York, donde reside, y después en grandes urbes de todos los continentes durante sus constantes viajes de trabajo: Berlín, Estambul, Buenos Aires, Sidney...

Me sentía más conectado con la vida de la calle de lo que habría estado dentro de un coche. El ambiente y la vida de la calle me envolvían, y el estímulo se repetía en cada ciudad. Me resultó adictivo. Se ha convertido en mi ventana panorámica hacia gran parte del mundo en los pasados 30 años, consigna en la introducción del volumen.

El foro Ciudades, bicicletas y el futuro de la movilidad fue el punto final de una gira por América Latina para promover y analizar el uso de este transporte de dos ruedas como opción sustentable, antídoto contra el tráfico en las ciudades y útil mejorar la vida cotidiana de las urbes, donde el automóvil es un fantasma aspiracional que no pormueve el contacto personal.

Foto
Byrne y su bici plegable, en su visita a Lima, hace unos díasFoto Reuters

Durante el encuentro, el programa de Ecobicis y la ciclopista en Reforma relucieron entre otras propuestas que ha observado durante sus visitas en diversas metrópolis.

El libro de Byrne fue uno de los hilos de esta charla con otros ambientalistas y funcionarios para invitar a usar la bicicleta al casi medio millar de personas que se reunieron a escuchar a Bryne, aunque esta ocasión para hablar sobre su libro, el cual podía adquirirse autografiado en la entrada.

Los seguidores se vieron recompensados finalmente, después de sobrevivir a una organización kafkiana del grupo ambientalista que coordinó la visita a México.

Un hombre afable, sonriente, bromista, atento, con un atuendo muy claro en tonos lilas a pesar de transportarse hasta el recinto universitario en su bicicleta plegable en una tarde lluviosa. Actitud contraria a lo que parecía adivinarse, pues se distribuyeron indicaciones contundentes; más fácil una audiencia con el emperador: no fotos, no video, no acercarse, no hablarle. Faltó no mirarlo a los ojos, no darle la espalda y hacer una caravana ante su presencia.

En esta ciudad, donde transportarse en bicicleta es un acto suicida, entre automovilistas con espíritu de psicokiller, David Byrne canceló un recorrido ciclista por la ciudad, debido al cansancio después de visitar Sao Paulo, Buenos Aires, Santiago, Lima, Quito, Bogotá y Guadalajara. Sin embargo, al preguntarle si dedicará alguno de sus diarios a la ciudad de México, aseguró: “It will come”. Mientras tanto trabaja en otros sobre las ciudades que visitó recientemente, y de las que ahora guarda un mapa en su cabeza.