Desde que el Ejército entró de lleno al combate al narcotráfico, en diciembre de 2006, los soldados han sido agredidos por arma de fuego en 794 ocasiones, con un saldo de mil 671 presuntos delincuentes muertos y 272 heridos.

Según el más reciente recuento de información de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) –14 de junio pasado–, las agresiones a los militares han tenido lugar en 24 estados de la República, pues en el Distrito Federal, Quintana Roo, Yucatán, Baja California Sur, Campeche, Colima y Puebla no se han registrado ataques en lo que va del presente sexenio.

De acuerdo con militares consultados, antes de que comenzara la administración de Felipe Calderón y de que éste utilizara al Ejército para enfrentar frontalmente al crimen organizado –antes los soldados se dedicaban básicamente a la destrucción de plantíos de droga–, los ataques de delincuentes a elementos castrenses eran prácticamente nulos.

Sin embargo, las cosas cambiaron con la presidencia de Felipe Calderón, la cual también se destaca por el número de soldados muertos en cumplimiento de su deber, al superar 253 en lo que va del sexenio.

Las cifras oficiales no registran agresiones a soldados en 2006, pero en 2007 los ataques contra militares sumaron 19; la cifra subió a 48 en 2008; continuó en ascenso en 2009, con 111, y en 2010 llegó a 332.

Al 14 de junio del presente año, suman 284 las agresiones, por lo que, de seguir a este ritmo, la cifra superaría la de años anteriores.

La entidad en la que se han registrado más enfrentamientos entre militares y sicarios es Tamaulipas, con 265 eventos, seguida por Nuevo León, con 149; Guerrero, con 60; Durango, con 45; Michoacán, con 42; Sinaloa, con 36; Veracruz, con 33; Tabasco, con 23; Zacatecas, con 21, y San Luis Potosí, con 18.

En el resto de las entidades se registran cifras inferiores: en Aguascalientes, Chiapas, estado de México y Guanajuato, sólo tres ataques en cada entidad, mientras en Morelos e Hidalgo apenas hubo un acontecimiento de ese tipo.

Según informes oficiales, en los estados en los que se han registrado más enfrentamientos (Tamaulipas y Nuevo León) es donde se han enviado más contingentes de soldados (y de elementos de la Secretaría de Marina) para intentar frenar la ola de violencia originada por la presencia de Los Zetas, en su lucha por la plaza con otros grupos criminales, principalmente con el llamado cártel del Golfo.

Sin embargo, al principio del sexenio, los ataques contra soldados se registraron en otras entidades y poco a poco éstas se fueron desplazando a las demás.

Así, en 2007, en Michoacán hubo tres agresiones, mientras que en Sinaloa, Nuevo León y Durango fueron dos en cada entidad.

En 2008, Chihuahua fue donde hubo más eventos de este tipo, con 10, seguido de Tamaulipas, con 5.

Para 2009, Tamaulipas ocupó el primer lugar con 27 incidentes, seguido por Guerrero, con 13; Chihuahua, con 12, y Nuevo León, con ocho agresiones a soldados.

En 2010 la violencia contra los militares se multiplicó: tan sólo en Tamaulipas (131) y Nuevo León (59) ocurrió prácticamente la mitad de los ataques.

En lo que va de este año, la espiral de violencia se mantiene, aunque Nuevo León tiene registradas 82 agresiones por 93 en Tamaulipas en lo que va del año, es decir, de seguir esta tendencia, Nuevo León ocuparía el primer lugar nacional en número de ataques a soldados por la delincuencia organizada.

De 2010 al 14 de junio pasado, de los 124 soldados que han perdido la vida, 24 murieron en Tamaulipas, 18 en Sinaloa y 13 en Nuevo León.