Sábado 6 de agosto de 2011, p. 3
Nueva York, 5 de agosto. La tasa de desempleo se redujo en Estados Unidos, pero es un espejismo en el desierto de una economía que para millones no se ha recuperado y permanece al borde de una segunda recesión.
La semana finalizó confirmando que no existe la recuperación
económica proclamada por las cúpulas políticas y económicas desde hace dos años. Después del regalo de cumpleaños recibido por el presidente Barack Obama el jueves con el desplome más severo de los mercados financieros en dos años, la ansiedad por la cada vez más presente posibilidad de una segunda recesión, junto con la crisis de deuda en Europa, continúa deprimiendo los mercados financieros, aun hoy frente a lo que algunos llamaron noticias positivas
porque la economía estadunidense generó un total neto de 117 mil nuevos empleos en julio.
Pero mientras toda la atención parece enfocada en los altibajos de la economía especulativa en Wall Street y otras bolsas del mundo, la economía real continuó registrando lo que algunos califican de fragilidad
, pero otros más bien de una catástrofe
en términos humanos.
El jueves la bolsa de Nueva York se desplomó 512 puntos, y este viernes se recuperó un poco al acabar con un ligero avance de unos 60. Sin embargo, desde su momento alto en abril, la bolsa ha perdido unos mil 366 puntos (una contracción de más de 10.5 por ciento), reportó CBS News.
Pero hay un índice diferente al de Wall Street para evaluar la salud de la economía: el que se registra en las calles de las ciudades y en las zonas rurales de este país en las vidas de los trabajadores y sus familias
Los 117 mil nuevos empleos, aunque más de los esperados y un número mucho mayor que el de los dos meses anteriores (46 mil en junio, 53 mil en mayo), son sólo la mitad de los requeridos para reducir la tasa de desocupación.
Y aunque la tasa de desempleo oficial bajó de 9.2 a 9.1 con los nuevos datos, casi toda esa reducción fue a causa de las personas que abandonaron su búsqueda de un puesto (por lo cual ya no son contados como participantes en el mercado laboral), señala el Instituto de Política Económica (EPI, por sus siglas en inglés) en Washington. Es decir, no es un incremento del porcentaje de trabajadores con empleo.
Según el EPI, la fuerza laboral hoy es más pequeña que cuando comenzó la recesión pasada (por más de 700 mil personas), a pesar de que la población en edad de trabajar se incrementó más de 7 millones en ese periodo.
Agrega que hay actualmente 2.8 millones de estadunidenses que desean un empleo, pero ya se dieron por vencidos en su propósito de encontrar uno, y que si se suman éstos a la fuerza laboral la tasa de desocupación sería de 10.7 por ciento, y no la oficial de 9.1.
Ahora es imposible negar lo obvio, lo cual es que no estamos ahora, ni nunca estuvimos, en el camino hacia la recuperación
, afirma el economista Paul Krugman en su columna del New York Times.
Señala que sin abordar el problema del empleo en lugar del asunto del déficit, nada mejorará. Indica que mientras las autoridades proclamaron el final de la recesión hace dos años, para los trabajadores ha sido todo lo opuesto: en junio de 2007 el porcentaje de adultos ocupados fue de 63, para junio de 2009 –el final oficial de la recesión– ese número se redujo a 59.4; hoy, a dos años de recuperación
, la cifra es poco más de 58.
Además de los millones de desempleados o subempleados, Krugman afirma que por primera vez desde la Gran Depresión muchos estadunidenses enfrentan un incremento en la desocupación de largo plazo, algo que reducirá los ingresos del gobierno y, por tanto, agravará el déficit. Pero, más importante, es una catástrofe humana
, denunció.
De acuerdo con datos oficiales, de los más de 14 millones de desempleados, más de 6 millones han estado en esa situación durante un promedio de 40 semanas, nivel sin precedente en décadas recientes.
Los últimos días parecen comprobar lo advertido por economistas reconocidos y analistas de Wall Street, en contradicción con el enfoque de Washington: el problema central es el empleo y el crecimiento económico, no el déficit presupuestario.
Obama intentó hoy, un poco tarde, afirmar eso, al reiterar que su enfoque de aquí en adelante es generar empleo.
No hay contradicción entre tomar algunos pasos para poner a la gente a trabajar ahora mismo y poner en orden nuestra casa fiscal a largo plazo. De hecho, con mayor crecimiento será más fácil reducir nuestros déficit
, expresó.
Pero esta declaración fue hecha a fines de una semana durante la que el presidente acordó promulgar una ley que hace justo lo opuesto.
De hecho, con el acuerdo sobre la deuda y el déficit los gobiernos estatales y locales enfrentarán mayores recortes en sus fondos, lo cual implica más despedidos en el sector público.
Ese sector redujo su nómina en 37 mil en julio –se han perdido 218 mil a lo largo de 2011–, reportó la agencia Bloomberg. Por otro lado, menos estímulo económico gubernamental ante una economía tan frágil implicará un persistente problema de alta desocupación, advierten analistas.
Ahora no se sabe qué políticas podrían funcionar para impulsar una recuperación economía que genere empleo.
Varios observadores indican ahora que esta semana confirmó que lo que no funciona para millones de trabajadores y sus familias son las políticas implementadas durante los últimos dos años de la llamada recuperación
. Y que los altibajos en las bolsas reportadas con gran atención por todos los medios no son necesariamente las mejores guías para saber si una economía prospera.