Estoy buscando a Dios, dice el detective Budweiser (Woody Allen) al encontrarse frente a frente con el Papa (Marlon Brando). Esta combinación es posible gracias a El que mueve los hilos, puesta en escena de títeres para adultos que comenzará temporada el jueves 11 de agosto en la sala Xavier Villaurrutia del Centro Cultural del Bosque, atrás del Auditorio Nacional.

Esta obra se basa en el cuento El gran Jefe, que Allen escribió hace algunas décadas y que incluso pensaba llevar a la pantalla. La que se presenta en el teatro mexicano es una adaptación realizada por Rafael Curci, titiritero uruguayo e investigador de esta tradición, y las compañías de títeres Teatro AcercARTE y Pippupets.

Se retoma la iconografía hollywoodense con personajes interpretados (con títeres de hule espuma) por Silvester Stallone, Marlene Dietrich y Groucho Marx, además de Allen y Brando, señaló Susy López, directora de AcercARTE quien, junto con Moisés Cabrera e Isaí Rhamer, dan vida a los títeres en el escenario.

Siendo una parodia del cine negro de Estados Unidos, quisimos nutrirlo de muchas de estas referencias, explicó López en conferencia de prensa.

Comicidad intelectual

El que mueve los hilos, cuyo subtítulo es Cómo acabar de una vez por todas con las dudas sobre la existencia de Dios, las historias policiacas y las propagandas subliminales de cerveza, parte de la investigación que la señorita Heineken, estudiante de teología, encarga al detective Budweiser: dar con el paradero de Dios.

Tiene diferentes niveles de lectura, niños de ocho o 10 años pueden disfrutarla, pero entre más bagaje se desentrañan más cosas, añadió Susy López. Creo que es parte del estilo de la comicidad de Woody Allen, que es muy intelectual.

Elegí el tema porque hablar de religión hoy día es frecuente, pero hace 20 o 30 años no, expresó a su vez Moisés Cabrera, quien elaboró los títeres mediante la técnica de escultura blanda. Mientras en el escenario se emplea la técnica teatral de títeres de mesa, en la que las marionetas interactúan directamente con los titiriteros.

Queremos crear nuevos públicos para este tipo de teatro. Los títeres de mesa son poco conocidos, como los de sombras, y no son sólo para niños, manifestó Susy López. Nos gustaría que fueran apasionándose por estos títeres y los vean de otra forma, no como titeritos, de manera despectiva.

Es teatro de títeres para adultos, pero carece de albures, es una obra fina, terció Cabrera.

Ambos apuestan por el teatro de títeres, porque “es una mezcla de plástica y teatro, que al combinarla con música nos aproximamos al cine. Los títeres están en boga en otros países.

El festival en Francia recibe unos 200 mil asistentes y 95 por ciento son adultos. Cada vez más el teatro de títeres da elementos para proponer, dijo Susy López.