El artista mexicano Aziz Gual presenta su show Humor en cubos en el teatro Julio Castillo
En este espectáculo juega con las artes visuales, el humor y la música
Ha actuado en diversos festivales del país, así como en Estados Unidos, Francia, Argentina, Turquía y Croacia
Martes 9 de agosto de 2011, p. 8
El primer acercamiento que tuvo el clown mexicano Aziz Gual con su profesión ocurrió cuando tenía tres años: se colaba en el circo que se instalaba cada verano frente al edificio donde vivía, en la calle Pacífico, en Coyoacán, durante la década de los 70. Después, a los 11 años, asistió a una función de circo y lo elegieron para participar en un acto, lo subieron a un caballo y quedó suspendido en el aire. De repente, uno de los payasos le bajó el pantalón, pero ese día no traía calzones, porque no tenía limpios... Todo mundo rió a carcajadas, incluso la niña que me acompañó, de la cual estaba enamorado y a quien no volví a ver en mi vida
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Ahora, después de 15 años de haberse graduado del Clown College, del Circo Ringling Bros & Barnum and Bailey, y de estudiar con Anatoli Lokatchouk, Tatiana y Yuri Velov, maestros de la escuela del circo ruso, Aziz Gual presenta en el teatro Julio Castillo el espectáculo Humor en cubos, aventura geométrica que entreteje sus sueños, ambiciones creativas e incansable deseo de hacer reír y conmover a los espectadores.
En entrevista con La Jornada, Aziz Gual, quien muchos consideran el mejor clown mexicano, explica: “Cada espectáculo que hago se vincula con el anterior. A éste le precede La bola risa, donde a una esfera se le podían cambiar las expresiones: feliz, borracha o enojada, hasta encontrar la que agradaba al público. Así que me surgió la idea de pintar sobre cubos, porque al girarlos puedo conseguir una variedad más amplia de expresiones. De ahí resultó Humor en cubos, que combina plástica, arte clown y música en vivo, hecha específicamente para este show”.
Diálogo con el corazón
Humor en cubos, explica Aziz Gual, “es un espectáculo para que el público se dé cuenta de lo complejo que puede ser una situación y de lo fácil y divertido que resulta resolverla. Busco dar una esperanza, para que el mexicano eleve su autoestima, ya que creo que nos hace falta cimentarla desde la infancia. Toda mi vida me he dedicado a coleccionar instrumentos musicales y a pintar; entonces trato de juntar en un solo espectáculo varios elementos artísticos de forma articulada y con calidad”.
Sobre esta idea, abunda: “El lenguaje del clown no tiene una dirección determinante, es para el ser humano, y cada quien lo recibe de diferente manera. El único elemento aglutinador es que el clown habla directo al corazón, y a todos nos gusta que nos hablen al corazón”.
Humor en cubos tuvo su prestreno en el Teatro de la Ciudad, hace unas semanas. “Considero que esas dos funciones fueron una exploración final del show: la primera fue con niños de prescolar, quienes estuvieron atentos y se rieron todo el tiempo, pero nunca perdieron el control y salieron muy contentos. Esa función fue difícil: siempre da terror enfrentarse a un público de niños sin papás, pero por el bombardeo de imágenes y de estímulos que resulta este paseo por la imaginación resulta tan ágil que el tiempo se va muy rápido, porque sólo hay oportunidad para disfrutarlo, reírlo y compartirlo.
La segunda función estuvo llena, con público adulto que reaccionó de forma más emotiva, con expresiones totalmente distintas a las de los niños.
Diferencias con el teatro
Aziz Gual, quien ha presentado su trabajo en diferentes festivales de la República, así como en Estados Unidos, Francia, Argentina, Turquía y Croacia, entre otros países, adereza Humor en cubos con una exposición de pinturas montada en el recibidor del teatro Julio Castillo, para que el público las toque, con “la idea de que se apropien de otra manifestación artística. El clown no es como el teatro, que necesita que el espectador llegue, se siente y aplauda al final de la función. El clown plantea una reacción, porque no recurre a las palabras, sino que se comunica gestualmente, y en mi trabajo trato de extender la comunicación al integra otras disciplinas estéticas”.
Para Aziz, “el principio fundamental del arte clown es ser querido, el deseo de ser amado por el espectador. El clown realiza todos sus actos con generosidad, para que la gente se dé cuenta de que lo hace para que lo quieran. El clown no transgrede al espectador de forma violenta, al contrario, lo hace sentir cómodo”.
En resumen, Humor en cubos es un paseo por la imaginación y un juego con las artes visuales, el humor y la música. Una experiencia donde la geometría del cubo es el pretexto para explotar la imaginación, soñar y habitar un mundo fantástico de despropósitos y humoradas. Con esto, Aziz Gual pone de cabeza la lógica de lo cotidiano, acompañado por un diestro equipo de actores excéntricos y música en vivo con tintes balcánicos y gitanos.
Humor en cubos se presenta los sábados y domingos de agosto y septiembre a las 12:30 horas en el teatro Julio Castillo (Reforma y Campo Marte). Forma parte del programa de Teatro para Niños y Jóvenes del Instituto Nacional de Bellas Artes.