Lo que ocurre en el pugilismo femenil es una vergüenza para el presidente del Consejo Mundial de Boxeo (C MB), José Sulaimán, pues pese al éxito que genera, la distancia respecto de lo que pagan a los varones aún es incomparable.

Ya es justo que paguen lo que se merecen, dijo el dirigente al anunciar que en la próxima convención del organismo –en diciembre– se propondrá establecer un pago mínimo a campeonas defensoras y a retadoras a un título.

“Una monarca del mundo al menos debe ganar 30 mil dólares, mientras el sueldo de una retadora no debe estar debajo de los 8 mil. Y cuando una pelea sea exitosa, como las dos que protagonizaron Jackie Nava y Ana María Torres, debe haber compensación económica por las ganancias generadas.

Los promotores pagan lo que quieren y eso no es justo para las peleadoras, dijo, y recordó la entrega de las boxeadoras, quienes han crecido en fortaleza y técnica en los años recientes. Me van a matar los promotores, pero no hay de otra manera, agregó.

Sulaimán recordó que cuando las mujeres iniciaron en este deporte le resultó difícil entenderlo; no encajaba en sus esquemas ver a dos peleadoras intercambiando golpes sobre un cuadrilátero, pero la realidad social rebasó al CMB, en donde terminaron por entender que era irreversible.

Tres boxeadoras que conocen bien el tema escuchaban con interés. Mariana Juárez, campeona absoluta mosca y protagonista de la primera función profesional de mujeres; Esmeralda Moreno, campeona plata minimosca, y Zulina Muñoz, campeona plata gallo.

El problema era que los promotores no confiaban en el boxeo de mujeres, pero están viendo que ahora somos negocio, dijo la Barbie Juárez, quien recordó que luego de meses de preparación sólo recibía unos miles de pesos por una pelea, dinero que se esfumaba de inmediato cuando pagaba los servicios de su equipo de preparación.