Frente a una baja de expectativas en todo el mundo y un entorno de crecimiento económico en deterioro no hay antídotos, y México no puede sustraerse a sus efectos, manifestó el subsecretario de Hacienda y Crédito Público, Gerardo Rodríguez Regordosa.

No hay magia, no hay algo que de una pincelada pueda cambiar el entorno, dijo el funcionario, pero aseguró que México alcanzará este año una tasa de crecimiento de 4.3 por ciento y podría ser mayor si el Congreso aprueba reformas que doten de mayor flexibilidad a la economía. Precisó: necesitamos un mundo laboral más flexible y mayor agilidad en la realización de los proyectos de infraestructura.

Por su parte, el director general de Nacional Financiera, Héctor Rangel Domene, señaló que el riesgo de una nueva recesión mundial que afectaría a la economía mexicana está detrás de la actual volatilidad financiera, pero aclaró que todavía es un poco prematuro para evaluar lo que va a suceder. Consideró que México se encuentra en una situación particularmente sólida que hay que mantener: no gasta más de lo que tiene.

Por ahora los analistas consideran que hay una probabilidad de 30 por ciento de que ocurra otra recesión. De ser así habrá menos exportaciones, menos producción industrial y menos financiamiento, todo lo cual afectaría a la economía mexicana. Sin embargo, es un poco temprano evaluar lo que va a suceder. Europa tiene problemas estructurales muy serios, de los cuales tardará mucho tiempo en salir, dijo.

El subsecretario de Hacienda clausuró los trabajos de un seminario sobre banca de desarrollo, donde proclamó que no hay nada que sustituya el efecto positivo que pueden generar las reformas estructurales ni hay algo más contracíclico que su aplicación.

Sobre la volatilidad en el tipo de cambio, el funcionario consideró que es una buena noticia que el peso se mueva, porque lo hace de manera ordenada y con liquidez en el mercado, lo cual dota de flexibilidad a la paridad, que funciona como un amortiguador automático que hace frente a los fenómenos de volatilidad del exterior.

Explicó que se tomó la decisión de reabrir el bono global a 100 años, con una nueva emisión de mil millones de dólares colocada ayer en los mercados internacionales, debido a que la mejor posición de México le permitió pagar una tasa de interés más baja que la ofrecida en la primera emisión de este tipo hecha en octubre de 2010.

Al respecto, la Secretaría de Hacienda informó que la colocación fue posible porque, a diferencia de otros países que actualmente enfrentan un escenario adverso en sus alternativas de financiamiento, dado el deterioro de sus finanzas públicas, en el caso de México se cuenta con una perspectiva de crecimiento estable, finanzas públicas sanas y un bajo nivel de deuda pública. Esto ha dado lugar a que el riesgo país se encuentre en niveles bajos y las tasas de interés de los bonos de deuda gubernamental en el mercado local evolucionen de manera favorable.