No se puede aceptar de ninguna manera que por más importante que sea el golpe que se da a la delincuencia organizada se pase por encima de los derechos de las personas. No encontramos ninguna justificación para ello, aseguró el titular de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, Luis González Placencia.

Subrayó que hasta el momento se han identificado otros ocho domicilios, además del de Efraín Bartolomé, en los que hubo allanamientos, robos y violencia física contra sus habitantes, durante el operativo del jueves pasado, cuando fue detenido el líder de la banda criminal conocida como La mano con ojos.

El ombudsman capitalino dijo que estos operativos, que son investigados por el organismo, revela también la ineficacia con la que actúan las policías, es como querer cazar moscas con escopetas.

Al término del foro de análisis del derecho a la no discriminación, convocado por el Consejo Nacional para la Prevención de la Discriminación, González Placencia dijo que ya se tiene la queja, en la que se han acumulado todos los testimonios de las víctimas, y una de las principales líneas de investigación es la presunta responsabilidad de las autoridades del Distrito Federal, específicamente por la dilación de la policía capitalina para atender los llamados de emergencia de los agraviados.

Asimismo, dijo que se investiga también el hecho de que la policía del estado de México actuó en territorio del Distrito Federal con violencia.

Desafortunadamente, reconoció el ombudsman, la irrupción con lujo de violencia en domicilios donde no habitaban delincuentes es, según datos de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, una situación que ocurre en todo el país, “lo que pasa es que ahora se ha hecho pública.

Una cosa es que deba cumplir con su obligación la autoridad, eso me parece que tenemos que exigirlo también, y otra muy distinta es que lo haga sin consideración sobre la propiedad, las pertenencias y la integridad de ciudadanos que no tienen nada que ver.

Agregó que es importante que se ofrezca una disculpa y la garantía de reparación, pero sobre todo, una garantía de no repetición, y eso únicamente se puede lograr si hay una adecuada capacitación de los cuerpos policiacos, mecanismos de inteligencia que permitan verdaderamente saber en dónde se ubican las personas, y protocolos que eviten que en estas búsquedas la policía destruya, veje a las personas, se lleve sus pertenencias, entre otras violaciones a sus derechos humanos.

No podemos aceptar que siga habiendo víctimas inocentes en la guerra contra el narcotráfico, finalizó.